FAMILIA
Dependencia a las medicinas
Roberto L. DuPont Jr. M.D.
Hasta ahora nos hemos dedicado
al problema de drogadicción, que es el uso de drogas intoxicantes,
principalmente en jóvenes de 16 a 35 años, la generación
de la epidemia. Algunos de estos adictos siguen siendo niños, en
el sentido en que he usado la palabra, mientras que otros son jóvenes
adultos fracasados a los que llamé seudo-niños. En esta sección
cambiaremos nuestro enfoque dramáticamente para considerar el tratamiento
de adultos que se han hecho dependientes de medicinas recetas y que también
son drogas adictivas. La mayoría de estas personas son mujeres de
más de 35 años y muy pocas han tenido contacto con drogas
intoxicantes no médicas, a no ser alcohol.
Una persona no se envicia con estas drogas por diversión ni como
resultado su actividad social centrada en sus amigos. Lo hace para aliviar
el dolor, la ansiedad o el insomnio, un proceso que empezó como tratamiento
médico legítimo, se podría decir, que es víctima
de las buenas intenciones de un médico mal informado al prescribir
un analgésico o tranquilizante, o de la familia que intenta ayudar
a la mujer a recuperarse, pero sin vigilancia médica y siguiendo
con negligencia las instrucciones de la caja o la botella. Aunque algunos
de estos dependientes son de mediana edad, muchos son más grandes.
De hecho, un buen número de ellos están en edad avanzada.
Antes de proseguir, tal vez algunos lectores se sentirían mejor
con una explicación del lenguaje usado en esta sección. Puesto
que más mujeres que hombres sufren este problema en particular, con
frecuencia uso el pronombre femenino al describir a quienes lo sufren; espero
que no lo consideren exista. Mi intención es facilitar la lectura
y señalar que en la misma forma en que los hombres predominan en
el consumo de drogas no médicas, así las mujeres son el mayor
número de dependientes de drogas médicas. No intento criticar
a las mujeres, así como tampoco intenté señalar a los
hombres en secciones anteriores. También debe entenderse claramente
que muchas mujeres sufren de la dependencia de drogas no médicas
y muchos hombres son adictos a drogas medicinales.
DROGAS ADICTIVAS PRESCRITAS
Muchas drogas de las que se abusa tienen un uso médico legítimo,
y la mayoría de las pacientes que las usan como medicina, no importa
qué tan intensas sean sus propiedades adictivas, no se hacen dependientes
de ellas en el sentido en que hemos usado la palabra en este libro. Por
ejemplo, los tranquilizantes que incluyen Valium, la droga más prescrita
en Estados Unidos hasta que apareció la droga antiúlcera Tagnet,
hace algunos años, se toman normalmente durante períodos cortos.
La mayoría de las personas a las que se les receta no se acaban todas
las píldoras que compran y muchas no compran un segundo frasco autorizado
por su médico. Por otra parte, una vez que el uso frecuente de altas
dosis se prolonga varios meses, esta clase de drogas puede producir un síndrome
de dependencia. Antes de intentar explicar esta aparente paradoja en que
la mayoría de los usuarios no tienen problemas de dependencia, mientras
que otros sí, revisemos el patrón típico de esta adicción.
PATRONES Y DIMENSIONES DE LA DEPENDENCIA A LAS DROGAS
En años recientes se ha dicho mucho en los medios de comunicación
sobre el exceso de mujeres entre la gente dependiente de drogas prescritas.
Existe una explicación simple para ello que no tiene nada que ver
con la explotación de pacientes femeninas por médicos varones
o compañías farmacéuticas. El aumento en la tasa de
dependencia entre las mujeres se debe, principalmente, al número
de cada vez mayor de mujeres que buscan atención médica para
problemas que requieren la prescripción de drogas adictivas.


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