CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, soy funcionario y me creo lo máximo
Existen algunos funcionarios públicos a quienes, por amiguismo o por simplemente haberse ganado los favores de un presidente o el partido en el poder, los nombran en un alto puesto público. Desde que asumen el cargo, creen que son inmortales, infalibles o todopoderosos. Se olvidan que sus posiciones no las ganaron, sino que se las "regaló" algún político superior, y que su salario se paga de los impuestos que paga la colectividad. Entonces ¿Qué se creen todos estos ministros, directores y jefes de entidades? El pueblo merece, primero, que se le informe de todas sus acciones, y no tienen por qué enojarse cuando la prensa investiga sobre sus quehaceres. Segundo, es importante que respeten a la sociedad a la que se deben, y no les roben un real. No obstante, en este gobierno tenemos funcionarios que se creen dioses, que tratan a los investigadores con los pies, y que prefieren el anonimato para, desde ahí, hacer de las suyas, o tapar el hecho de que no son capaces de desempeñar el cargo.
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