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Pacífico Calderón - la supuesta víctima- en su vida jamás pensó que robar unas gallinas, le costara un precio tal alto y cobrado con intereses. Sus agresores "hicieron fiesta" con él. Lo asesinaron, descuartizaron, asaron en un fogón y depositaron sus restos en una letrina amparados en la oscuridad de la noche y el silencio de las estrellas.
LA LLAMADA
Los asesinos no contaron con un testigo oculto. Parecía que todo les saldría bien a los homicidas, pero unas llamadas telefónicas anónimas hechas a la Policía, a la Fiscalía Auxiliar y la PTJ, les desbarató el "crimen perfecto". "Aló, buenas... señor, llamo para informar que en Alcaldedíaz, asesinaron a un señor, lo descuartizaron, luego lo quemaron y lo tiraron a una letrina que después condenaron, eso es todo".
EL RASTREO
La llamada telefónica activó un férreo operativo de búsqueda organizado por la Fiscalía Auxiliar y a la Policía Nacional, en el que realizaron el miércoles tres allanamientos en Alcaldedíaz. Pero ayer fue que se vieron los resultados.
El bloque de búsqueda llegó ayer al lugar. Inmediatamente se sintió un olor a podrido. La hediondez los llevó directamente a una letrina. Las autoridades encontraron el cadáver en un lote baldío detrás de una residencia, cuya dueña dijo que no sintió el olor putrefacto que se apoderó del lugar, ni tampoco escuchó nada.
Ubicado el sitio exacto, iniciaron los trabajos de rescate. Primero fue la cabeza, luego una pierna, el fémur, el tórax, otra pierna y después las extremidades superiores. Uno a uno fueron recuperados los restos del hombre. El cuerpo fue metido en la letrina a través de un orifico 10X10 pulgadas.
EL RESCATE
Para recuperar los restos se necesitó de poco más de cuatro horas de trabajo. Unidades del Cuerpo de Bomberos y la Policía, primero utilizaron mazos para romper la letrina y después utilizaron sogas para sacar los pedazos del cuerpo.
Los restos fueron depositados en cartuchos negros de basura, (varios de ellos se rasgaron) y en tanques de cinco galones. Pacífico, según los vecinos y los informes policiales, era un orate que deambulaba constantemente por las calles del sector, y al que no se le conocía enemigos.
Los informes hablan de tres detenidos y de testigos que aseguran haber visto a los detenidos cuando asesinaban a Calderón. No se ha determinado con exactitud si de trata o no de Pacífico Calderón por el avanzado estado de descomposición del cuerpo. |
