En un recorrido por los corregimientos de Barrio Balboa y Barrio Colón, hemos podido observar una serie de propiedades, viviendas y lotes abandonados y cubiertos de herbazales, donde los vecinos arrojan basura. Después cuando llegan las lluvias comienza la corredera por temor al mosquito aedes aegypti. ¿Y los corregidores? ¡Bien y usted?
La compañía responsable del mantenimiento del tendido eléctrico debe ponerle atención a los postes de madera, ya que un número considerable de estos están podridos y pueden caerse en cualquier momento. Una verdadera canallada están cometiendo con la aprobación de permisos para instalar talleres de pintura automotriz en áreas pobladas, nos reportan de personas con dolores de cabeza en los alrededores de estos establecimientos e incluso el olor que penetra en las casas se pega en la ropa.
En la Plaza 28 y alrededores, se está haciendo costumbre arrojar las aguas residuales a las cunetas y hasta los desechos de algunos tanques sépticos los envían directo a quebradas que descargan en el río Caimito. Increíble, de donde se extrae el agua para que beba toda la población.
Políticos que han hecho de esta actividad una forma de enriquecimiento personal y familiar, y cuya labor es nula, andan por allí autopromoviéndose para las próximas elecciones. El pueblo que ya los conoce sabe que son la misma jeringa con diferente pitongo.
Se necesita una acera que comunique al Hospital Nicolás Solano con el Mercado de Abastos, ya que hemos visto a personas que no tienen ni para el autobús, arriesgando su vida al caminar sobre la vía y en la oscuridad. |