Aunque hayan pasado días, hay temas sobre los cuales no puedo dejar de opinar. Me sentiría que no cumplo mi deber de periodista "de opinión". Sobre lo del Darién, para mí fue una vergüenza que primero llegaran al olvidado poblado los periodistas y no la Policía. Felicito a Justino González, su camarógrafo y los otros periodistas, quienes arriesgaron su vida para conseguir la noticia.
Y critico a los Policías porque considero que son "demasiados cuidadosos". Su deber es defender a los panameños y estar primero donde se les necesite. Si no tienen agallas para hacer ese trabajo, que busquen otra ocupación más tranquila y segura, o "cómprense un perro" para el miedo.
A pesar que la experiencia de estos años indica que no hay que confiar en las palabras de la Mandataria, choca que primero diga que no quiere política en su gobierno... Y luego destape la olla de las ambiciones políticas de sus copartidarios. La molestia es peor cuando reclama para ella solita el "honor" de haber hecho otra, con los dineros del pueblo, por supuesto.
Peor todavía es verla arengando a sus copartidarios en una convención, donde se aprobó la dictatorial medida de revocatoria de mandato para los legisladores. Yo sé que en Estados Unidos el presidente puede hacer política sin dejar el cargo. Eso tal vez funcione allá, en un país de más de doscientos millones de personas, con buena economía. Aquí, en este pequeño país lleno de bellacos y politiqueros, cualquiera malpensado puede creer que se usará el cargo para ayudar a sus copartidarios.
Hacer una carretera que conecte Boquete con Cerro Punta es un viejo proyecto. Lo malo de lo que se piensa hacer ahora es que afectará uno de los mejores parques que hay en Panamá. Recuerden que algunos panameños son "asesinos de árboles" y animales sin compasión. Pueden dañar la ecología de ese hermoso parque natural, ¡qué se busque otra fórmula! Debo sospechar del afán surgido ahora por titular las tierras, donde supuestamente harán embalses para surtir de agua el Canal.
Aparte de los treinta y cinco mil afectados, millones de árboles y un número no determinado de animales sufrirán con estos lagos, que beneficiarán a los navieros millonarios que usan el Canal. He dicho muchas veces que se podrían instalar bombas que echen el agua usada en las esclusas. Se reciclaría así este líquido sin afectar la vida y naturaleza de muchos panameños y miles de hectáreas.
(¿La titulación no será para que unos avivatos compren tierra barata y luego quieran costosas indemnizaciones?)
Seré muy bruto, pero no entiendo eso que dineros del pueblo panameño se le preste a los capitalistas mexicanos, para que terminen la autopista hacia Colón y extiendan el Corredor Norte. Después le cobrarán a los dueños de autos una millonada, por usar esas carreteras hechas con nuestro propio dinero.
(¡Qué suerte tienen esos mexicanos en Panamá!). |