Iglesias: El Salvador no debe reconstruir pobreza y marginación

San Salvador
ACAN-EFE
Las iglesias protestantes de El Salvador pidieron ayer a la sociedad que prevalezca la solidaridad ante el desastre provocado en el país por el terremoto del pasado 13 de enero y que no se reconstruyan "las mismas condiciones de pobreza, marginación y exclusión" de gran parte de la población. "Todos somos convocados a dar lo mejor de nosotros para transitar en el camino de la reconstrucción con una visión clara y sensata hacia la edificación de condiciones de vida digna, de equidad y de paz", expresa un pronunciamiento de la Iglesia Episcopal, Iglesia Luterana, Iglesia Bautista Enmanuel e Iglesia Reformada Calvinista. Agregan que "este es un momento histórico, crítico y decisivo para el futuro" de El Salvador después de varios intentos de dar un rumbo distinto al país "hacia una paz con justicia". El Comité de Emergencia Nacional (COEN) informó hoy de que el terremoto ha causado 754 muertos, 4.517 heridos y 1.160.316 damnificados, mientras aún no se confirma la cifra de desaparecidos. Según los informes oficiales preliminares, el seísmo destruyó 91.724 viviendas, enterró 688 y daño a otras 129.230, mientras que 908 edificios públicos, 338 iglesias, 43 muelles artesanales, 19 hospitales y 75 unidades de salud resultaron con daños de distinta magnitud. Tras hacer un recuento de las tragedias vividas por El Salvador en los últimos 35 años, entre ellas tres terremotos, dos huracanes y la guerra civil (1980-1992), las iglesias históricas dicen que a ello se agrega "el fenómeno histórico y estructural de la pobreza y la miseria". Añaden que frente a esa situación "con dimensiones deprimentes y humillantes para la mayoría de salvadoreños" ha existido "una cultura de indiferencia, que atropella de forma sistemática la vida y dignidad de los pobre Las instituciones religiosas expresan en su comunicado que "la codicia, la ambición de lucro y de poder ha creado grupos privilegiados y ha sometido a condiciones de opresión y exclusión a la mayoría de salvadoreños, olvidando su condición de hijos de Dios". Agregan que "la tierra ha querido sacudir nuestras consciencias y convocarnos desde la tragedia y desde las víctimas martiriales a un reencuentro como familia salvadoreña".
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