TREMENDO DILEMA:
Te escribo porque me siento entre la espada y la pared ya que tengo 32 años, en mi vida colegial tuve un novio con el que compartí mucho, como dicen "con mi príncipe azul". La relación se terminó porque mi padre se oponía a la misma, ya que el era mayor que yo y para no buscarme problemas decidimos dejar las cosas así. Ahora que ya ambos hemos formado familias por separado, nos hemos vuelto a tratar y sentimos que nos amamos como si no hubieran pasado los años, en los cuales no había llegado más allá de los besos y caricias de novios sanos, pero ahora sí consumamos el acto y estoy confundida. Él quiere estar conmigo, pero tengo 3 hijos y adoran a su padre. ¿Qué hago?
RESPUESTA:
Primero no debe importarte lo que digan o piensen los demás, debes pensar primero en tu felicidad y la de tus hijos. No puedes atarte de por vida a un hombre que no amas. Lo importante es que decidas para que estés feliz.
Tu noviecito sabe a qué atenerse y aceptará lo que decidas. O puedes tener una doble vida, aunque las relaciones escondidas al final o al comienzo siempre se descubren. Busca tu felicidad.
¡Chao!
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