El viento sopla en nuestra contra, para muchos el de hoy es un partido, de antemano, perdido; pero en el fútbol como en la vida, las sorpresas están a la orden del día.
Será un duelo de sufrimiento, de seguro, en el que la clave del éxito estará en evitar que los hondureños se adueñen del balón, porque si lo dejamos desarrollar su juego de toques cortos y paredes pagaremos el precio, un muy alto precio..
NADA QUE PERDER..
Esta selección nacional, integrada básicamente por jugadores que militan en el fútbol de la ANAPROF, no tiene nada que perder; al contrario, de salir airosos, ganarían mucho, muchísimo.
El trabajo que se haga en defensa será vital para lograr el objetivo de meternos en la final e importante también será la función de la línea de contención, integrada por Amilcar Henríquez y Manuel Torres, quienes tendrán que evitar que Amado Guevara genere y organice el juego de los chicos del colombiano Reinaldo Rueda.
LOS COLEGAS HONDUREÑOS ESTAN CONFIADOS
La derrota es nuestro destino, dicen los colegas hondureños, pero si definimos el fútbol como la "dinámica de lo imprevisto", creemos que dentro del terreno de juego todo puede pasar. La historia del fútbol está llena de grandes sorpresas. En la cancha hay quienes han visto muertos cargando vivos.
Hoy los muchachos de Rueda saldrán, desde el primer minuto, a liquidarnos, y eso hay que impedirlo a toda costa para voltearle la afición en contra; la táctica de la "desesperación" puede rendirnos muchos frutos esta noche.
UN ARBITRO QUE NOS TRAE MALOS RECUERDOS
El chapín Carlos Batrez, uno de los mejores árbitros de la UNCAF, será el encargado de pitar el partido de semifinal entre Panamá-Honduras. Esperamos que hoy el arbitraje no se convierta en el protagonista estrella del encuentro, porque si por algo se ha caracterizado este torneo es por las malas decisiones de los "hombres de negro".
La selección de fútbol de Panamá, que en la última Copa de Naciones que se jugó en El Salvador, fue subcampeón, debe salir a "morir" hoy, porque si vamos a caer, hagámoslo, pero con dignidad para que nos respeten.