Investigan mafia de residuos tóxicos en Rumania

Bucarest
EFE
La policía rumana investiga las mafias de los residuos tóxicos, mientras las autoridades endurecen las sanciones por dañar el medio ambiente, tras la contaminación con cianuro este mes de un río en el noreste de Rumania. El ministro del Medio Ambiente, Alexandru Ilie, prometió ayer que responderán ante la justicia los culpables de las contaminaciones y los funcionarios de la oficina de protección del medio ambiente que no se implican en prevenir los accidentes ecológicos. Ante los frecuentes accidentes ecológicos ocurridos últimamente en este país, Ilie pidió una ley que prohiba las importaciones de cualquier deshecho, tras advertir que "corremos el riesgo de quedar sepultados bajo nuestros propios residuos". La Policía de Iasi, en el noroeste de Rumania, y la Agencia para la Protección del Medio Ambiente, descubrieron el pasado fin de semana 68 vagones cisterna con 93 toneladas de sustancias tóxicas ilegales. Estas cisternas iban a ser desguazadas para ser utilizadas como chatarra por la firma Pieta SA, implicada también en la catástrofe ecológica del río Siret. El Siret y su afluente Somuzul Mare fueron afectados hace diez días por un vertido de amoníaco y cianuro de una fábrica de detergentes en liquaci, cuyos depósitos metálicos de sustancias tóxicas fueron vendidos a varias sociedades que procedieron a su desguace sin las debidas autorizaciones. Más de cien personas, la mayoría niños, de las localidades ribereñas al curso superior del Siret, fueron hospitalizadas por intoxicación con cianuro tras consumir pescado contaminado. Unas 40 toneladas de peces de ese río perecieron por el vertido tóxico. Los especialistas precisaron que faltarán cinco años para que el fondo piscícola de este gran río se recupere y llamaron la atención por el peligro de contaminación que se cierne sobre el delta del Danubio, en cuya proximidad desemboca el Siret, tras recorrer 726 kilómetros por la provincia rumana de Moldavia. La Policía detuvo a un responsable de la fábrica de detergentes y el director de la firma Pieta es también investigado por infracciones penales. El comandante local de los bomberos deberá responder ante la Fiscalía Militar por acusaciones de haber transportado con un vehículo de este cuerpo una importante cantidad de cianuro para verterla en el Siret. Las investigaciones realizadas hasta el presente concluyen que una verdadera mafia de los residuos tóxicos actúa en Rumania. Los vagones cisterna descubiertos en Iasi contenían ácido sulfúrico muy concentrado, ácido clorhídrico y sosa cáustica, procedentes de una fábrica química a unos 700 kilómetros de distancia, cerca de Ploiesti, en el sureste del país. Los vagones llegaron a su último destino tras un recorrido muy sinuoso por el Valle del Jiu, en el oeste, y a través de todo el país, tras cambiar varias veces de propietarios. El director técnico de Pieta, Catalin Zelinsky, sostiene que su firma compró 284 cisternas vacías, mientras que las 68 que llegaron hasta ahora a Iasi están cargadas de sustancias tóxicas. Once años después de la caída del comunismo en Rumania "todavía hay numerosos centros de máximo peligro para el medio ambiente, herencia de una industria que utilizaba procedimientos nocivos para la salud de la población y de la biosfera", precisaron fuentes del Ministerio de Medio Ambiente. La contaminación del río Siret ocurre un año después de otra catástrofe ecológica que afectó gravemente a varios ríos de Rumania, Hungría y Yugoslavia. En enero de 2000, la rotura de un embalse de la mina de oro rumano-australiana "Aurul" de Baia Mare (noroeste del país), provocó el vertido de 100.000 metros cúbicos de aguas con cianuro. El vertido destruyó la flora y la fauna, principalmente del río Tisa, lo que llevó al gobierno húngaro a pedir daños por valor de casi 120 millones de euros.
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