FAMILIA
Crisis en la vida nocturna

Florencio Gálvez F.
Crítica en Línea
Parece un coro a voces, pero la respuesta es igual: Está dura la calle y esa cruda realidad se ha extendido a la vida nocturna en Panamá. Un conductor de taxi, quien prefirió mantener su identidad en reserva, señaló que esa situación se debe a varios factores, pero hizo especial énfasis al clima de inseguridad existente no sólo en la ciudad capital sino en el ámbito nacional. A manera de ejemplo citó como áreas peligrosas Curundú, San Miguel, Barraza, Río Abajo, Calidonia, Pedregal, Juan Díaz y ciertos puntos del ahora distrito especial de San Miguelito. Hace más de 15 años, se podía amanecer en un bar o cantina en Río Abajo incluso en San Miguelito, pues no existía peligro de que te metieran un tiro o asaltaran para despojarte de la cartera, reveló el trabajador del volante. Hoy en día eso es imposible, en vista de que los delincuentes hacen de las suyas, pese a que la Policía Nacional y otros estamentos de seguridad realizan esfuerzos para contrarrestar esta ofensiva del hampa criolla. Por otro lado, el empresario Harley Medina, reiteró que la vida nocturna ha disminuido en el país, comparado con los años 70 y 80 en sesenta o setenta por ciento. "Del poco empleo existente en la noche, un quince por ciento de los trabajadores quedará cesante", dijo el entrevistado respecto a la vida nocturna, y su considerable baja se deberá a otra medida inminente que golpeará esos negocios: La bendita ley zanahoria. "La situación es bastante crítica en estos momentos y es cuestión de que el gobierno ponga un plan de apoyo al empresario", reveló este negociante istmeño quien pese a todas las dificultades existentes que ponen en peligro la ayer floreciente vida nocturna en Panamá, hizo un llamado a sus colegas, sobre la necesidad de que inviertan y no saquen el dinero del país. Otros informes confiables revelan que habrá más despidos en esos establecimientos, en vista de la desaceleración económica, inseguridad creciente y la nueva ley que viene impulsada por las autoridades con miras a que baje la delincuencia y que pone como tiro de gracia a un moribundo: Cierre a la 1:00 a.m. La situación es tan difícil, que en una conocida casa de diversiones para adultos se vieron en la necesidad de implementar nuevamente los famosos tragos 2 por 1. De igual manera, sus propietarios no tuvieron más opciones que realizar lucha libre entre bellas damiselas en tinas especiales durante los días de semana, a fin de que los parroquianos se entusiasmaran por asistir y los dueños pudieran obtener un poco más de billetes (o ganancias económicas), reveló un informante. Para colmo, aparte de la inseguridad, algunos dueños de bares han optado por la opción, a fin de no despedir a personal de tantos años, de realizar turnos especiales rotativos. Por ejemplo, un empleado (o empleada de muchos años y que goza de la confianza de su jefe, por supuesto) lo ponen a trabajar varias horas y posteriormente en otro turno ingresa otra y así sucesivamente. A veces, a esa misma trabajadora durante el mes siguiente se le asigna otro turno contrario al que tenía en el mes anterior. Puede trabajar de día o de noche, depende de cómo ande la situación del negocio. Sin embargo, no ha sido posible realizar esa fórmula mágica en todos los establecimientos, y muchos empleados que tenían años de labores, sudores y esfuerzos, han ido a parar a las calles citadinas por la salvaje situación económica que golpea como bola de billar la vida nocturna istmeña, asímismo actividades colaterales como son los hoteles, pensiones, restaurantes y cantinas.
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