"Mamá, mi papá se mató", alcanzó a decir entre el llanto un menor de 3 años a su madre. Su padre, Elías Porfirio Arcia Herrera, se disparó con un arma de fuego frente a su hijo, en la misma habitación en donde el pequeño dormía. ¿El lugar? La comunidad de El Potrero de La Pintada.
¿La razón? Nadie se explica qué llevó a Elías a matarse delante de su hijo de tres años, el que apenas pudo explicarle a su madre entre llantos lo sucedido, lo que ella dedujo inmediatamente al escuchar el disparo.
Herrera, de 25 años, aparentemente había salido desde muy temprano a la cantina a tomar licor. Llegó el domingo 26 a eso de las cinco de la tarde a su casa, algo embriagado. Su esposa le reclamó el porqué de su estado y sobre las horas de llegada. Aparentemente, Elías no soportó los reclamos, se alteró y se dirigió al cuarto en donde se encontraba su hijo de tres años de edad. Allí, frente a su hijo, tomó un rifle cañón, se apuntó a la cabeza y se metió el tiro.
El menor no pudo hacer nada. Aún nadie sabe cuál fue la conversación que el pequeño tuvo con su padre minutos antes del hecho, si es que hubo tal conversación.
El niño salió corriendo a contar a su madre lo sucedido. Ella -con la desesperación del pequeño y al escuchar el disparo- dedujo lo sucedido. No era una pesadilla, era la realidad.
La muerte del joven ha consternado a la comunidad de El Potrero. "Titín", como llamaban a Elías, dejó dos hijos en orfandad: uno de ellos, el menor, con graves lesiones psicológicas al quitarse la vida frente a él.
A pesar de que el hecho se dio aproximadamente a las 5:30 p.m., no fue hasta las 7:30 p.m. cuando se dio aviso a las autoridades y correspondió a la personera de La Pintada Cintya González, realizar el levantamiento del cadáver, el que culminó aproximadamente a las 11:00 p.m. |