EDITORIAL
Velocidad y alcohol
Con la llegada del nuevo año, algunos iniciaron también la carrera hacia la muerte. Viajando al volante, a veces se pierde la perspectiva de lo que es correcto e incorrecto, y la bruma se mezcla con alcohol, el peligro se viste de sangre. ¿La razón? Pueden ser varias, pero las que encabezan los accidentes de tránsito son el alcohol y el exceso de velocidad.
Con el arribo del verano se ve cada fin de semana el éxodo de capitalinos hacia el interior o las playas, y largas filas de automóviles se convierten en el espectáculo consuetudinario.
Las autoridades de Tránsito han bajado la guardia en su campaña a través de los medios de comunicación, a fin de crear conciencia en el ciudadano sobre las cautelas que debe tener en las carreteras. Sabido es que cuando el alcohol domina los sentidos de un ciudadano, la razón no atiende consejos. Pero también es cierto que un despliegue de seguridad a lo largo de la República, reduce las posibilidades de más muertos. Esperanza que también abriga cada uno de los que van tras el volante, que sí son responsables.
Últimamente el número de policías en las carreteras principales del país ha bajado. Es de contraste esta anotación, pues cuando se desató el problema con los llamados taxis "piratas" que venían desde el sector oeste a la capital, los uniformados estaban por todas partes, y a toda hora.
¿Por qué no lanzarlos de la misma manera, y el mismo número de ellos, para que protejan la vida de miles de panameños? Todo esto para evitar que se derramen lágrimas, y hogares se vistan de luto por la pérdida de un ser querido.
La esperanza de quienes se quedan en casa es que el paseo fuera no sea eterno, y que regresen sanos y salvos para seguir trabajando por el bien del país, que lo necesita. Seguir las señales de tránsito toma fracciones de segundos, pero le preservarán la vida; y un seguro infalible, es llevar un conductor designado, que no se embriague.
PUNTO CRITICO |
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