EDITORIAL
"Gatillo alegre" o cultura de violencia
Un tiroteo fue el rasgo saliente que empañó la Feria de San Sebastián en Ocú, un distrito que es tranquilo y ajeno a la ola creciente de violencia que se registra en el país. El pasado fin de semana se dieron incidentes en numerosos lugares de la República de Panamá dejando un saldo de muertos y heridos con armas de fuego y objetos punzocortantes. La balacera que se dio en el estadio Rommel Fernández fue la nota sobresaliente en la crónica roja semanal, presuntamente por las pocas unidades responsables de brindar seguridad al espectáculo deportivo y por la pasividad que demostraron las unidades de la Policía Nacional. En todos los deportes se han dado estos espectáculos bochornosos. En 1990, en un juego en el estadio Olmedo Solé de Las Tablas, un árbitro fue trasladado a un centro médico al ser agredido por un pelotero; en la pelea de Diego Alcalá contra Antonio Amaya y en la lucha libre, donde se enfrentaban Aníbal y Sandokan casi destruyen el gimnasio Nuevo Panamá; en los juegos de baloncesto de Panamá contra Colón y en eventos donde el público está disconforme con la decisión de los jueces, salen a relucir el aspecto primitivo y salvaje de los fanáticos contra los deportistas y los coliseos donde se desarrolla el espectáculo, que muchas veces en Panamá promocionan como circo romano. El día de la muerte del general Omar Torrijos, los hípicos casi destruyen el Hipódromo Presidente Remón al suspenderse, por motivo de duelo, la programación en un día que se jugaba La Polla con un acumulado de 100,000 balboas. Los partes policivos registran cotidianamente muertes a balazos y la Policía pareciera impotente para detener esta espiral ascendente. La exalcaldesa Mayín Correa instituyó un programa de armas por comida y las actuales autoridades parece que van a tener que imitar ese esfuerzo. En los barrios residenciales y en apartamentos la gente vive encerrada por temor a los delincuentes que tienen armas más sofisticadas que la propia Policía Nacional. Por algo se dice que Panamá es una ciudad que da miedo.
PUNTO CRITICO |
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