Hay diferencias que corroen el alma y pueden ser mortales.
Como depredadores que ansían cazar a su presa, un grupo de sujetos vigilaba de cerca a su próximo objetivo.
No se trataba de ningún animal de la selva, sino de un adolescente que apenas iniciaba la vida.
Gabriel Ernesto García, de 16 años, se aprestaba a prepararse una sopa antes de acostarse a dormir.
Hacía pocos minutos que había regresado a su vivienda en la localidad de Nueva Barriada, en el corregimiento de Tocumen, después de acudir a un curso en el que se había matriculado.
Mientras terminaba de preparar su cena, conversaba con su abuelo sobre diversos temas. Pero lo que no sabía el joven era que sus enemigos le tenían la mira puesta.
Sigilosos como gatos tras el ratón, uno de los sujetos se acercó a la casa y a través de los ornamentales de la ventana de la cocina introdujo un arma con la que le hicieron un disparo mortal en la tetilla izquierda a la víctima.
Gabriel Ernesto cayó mortalmente herido al suelo pidiendo ayuda, mientras les informaba a sus familiares lo que había pasado.
En el piso de la cocina eran visibles los rastros de sangre que quedaron como mudos testigos del hecho violento.
Los familiares los llevaron en un auto particular hasta la Policlínica JJ Vallarino, del corregimiento de Juan Díaz, donde cerca de las 9:45 de la noche se decretó el fallecimiento.
Tras conocer del hecho fatal, las expresiones de dolor de sus familiares no se hicieron esperar.
GENESIS DEL PROBLEMA
Una fuente reveló que los supuestos asesinos originalmente eran amigos de la víctima.
Las diferencias comenzaron en un cuadro de fútbol del lugar donde hubo enfrentamientos por un juego.
Los sospechosos aparentemente pertenecen a una banda del área conocida como '16 de Diciembre', quienes juraron que acabarían con la vida de Gabriel Ernesto y así lo cumplieron.
50 HOMICIDIOS: EN LO QUE VA DEL AÑO
En los primeros 20 días que habían transcurrido en el año 2010, el número de víctimas por homicidio alcanzaba los 50 casos.