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Niños palestinos pierden su hogar en Gaza.  |
Escenas de dolor y sufrimiento se vieron, no con los usuales tiroteos, sino con la destrucción vengativa de viviendas humildes de refugiados árabes en Gaza, Palestina.
Los niños, mirando desconsolados a la gran motoniveladora que aniquilaba su hogar, veían desconsolados cómo el odio y la venganza sobreponían sus vidas.
Es allí cuando nace en los infantes, un sentimiento de ira contra "la otra gente", los israelíes. Pocos recuerdan las fatídicas palabras del "Raís" (Líder en árabe) Yasser Arafat: "la sangre de los niños cimentará la independencia de la Palestina".
Un vídeo de la televisión árabe asi lo demuestra: los niños se les educa para "inmolarse" por la causa nacional.
Una niña cantaba ese himno de muerte y odio en una clase escolar, como si fuera el pan nuestro de cada día.
Esas niñas, cuando adolescentes, les dirán a sus hijos, que el enemigo es Israel y en la guerra santa, la venganza es el norte de la vida.
Por otra parte, en el bando israelí, pasa algo idéntico. Una mujer se para frente a una concurrida calle de Jerusalén, con un cartelón que dice: "Roma para los Cristianos, La Méca para los musulmanes, Jerusalén para los Judíos".
En el Kneset, parlamento israelí, discursos encendidos piden acciones contra los atentados suicidas. Guerra y represalias se estudian.
Con este macabro escenario de diferencias pragmáticas: ¿Cómo uno puede encontrar el sendero de la paz en Oriente Medio?.
Los musulmanes mataron a Anwar El Sadat, el presidente egipcio que firmó el primer tratado de paz con Israel en 1979. Un fanático israelí igualmente asesinó a Isacc Rabín, el único visionario que se atrevió hacer las pases con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en 1993.
Mártires, declaraciones y acciones. Nada más con mirar a los ojos de esos jóvenes del futuro en Palestina, ya uno conoce cual será el destino que depara el Oriente Medio. |