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Integrantes de la tuna de Calle Abajo de Capira se mostraron inconformes con la misiva que el padre Francisco Heinen le envió al alcalde de Capira, en la que le sugiere que los ubiquen en un potrero, lejos de los lugares poblados, "como si fueran animales".
La queja de una de las tunas organizadoras de los carnavales de Capira, surge producto de la misiva con fecha del 31 de diciembre del año 2001, dirigida al alcalde de Capira, Pedro Saturno, firmada por el párroco, Francisco Heinen, donde se queja por una actividad realizada el 29 de diciembre del 2001, próximo a la Iglesia San Isidro.
En la misma señala que en los 16 años que tiene de vivir en el lugar, es la primera vez que observa una actividad con venta de bebidas alcohólicas, con lo cual viola la Ley 55 de 1973, que dice que no se puede dar permiso para cantina a menos de 100 metros de una iglesia.
Igualmente sugiere que en lo sucesivo cuando se pida permiso para venta de licor, alquilen un local habilitado con permiso permanente o que los ubiquen en un potrero lejos de los lugares poblados para que no molesten a los vecinos que quieren descansar en las noches.
Al respecto, el alcalde de Capira, manifestó que en reiteradas ocasiones le ha manifestado al cura que él no puede cambiar una tradición de la noche a la mañana, ya que no cuentan con un lugar para realizar este tipo de actividades, debido a que no pueden cerrar la Interamericana como se hacía antes. "Nosotros no podemos decirle a la gente de la noche a la mañana que no hay más carnaval, que se lo diga el cura", dijo Saturno. |
