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Es común ver en los buses completamente abarrotados a los hombres cómodamente sentados, mientras las mujeres, algunas con niños de brazos, o de avanzada edad, tienen que ir de pie.
Antes era motivo de escándalo. Ya como que nos acostumbramos al lamentable panorama. La mayoría de los muchachos jóvenes son quienes más incurren en esta pésima práctica. ¿Acaso no les enseñan en la escuela o en la casa los valores de la caballerosidad? ¿No les inculcan la importancia de tratar a las personas del mal llamado "sexo débil" con hidalguía y cuidado?
Pero este es solamente un síntoma, ya que el problema es mayor. Los hombres han perdido el foco respecto al trato con las féminas. Realmente las tratan como ciudadanas de segunda categoría, como inferiores, otorgándoles en muchas ocasiones salarios por debajo del estándar, asignándoles tareas inadecuadas y humillantes, y acosándolas sexualmente.
Ya no hay caballeros, dicen las personas mayores. Realmente lo que no hay es personas decentes, que manejen las reglas de cortesía en términos generales, y las fórmulas del buen trato.
Ese el triste contexto en el que nos manejamos los hombres y mujeres de este país, donde se ha dejado de ser caballero, y ellas damas.
Pero el de los hombres es un punto mucho más lamentable, pues se está cayendo en la chabacanería, en la indecencia y falta de tacto que afea los del género masculino, convirtiéndolos en cavernícolas sin educación ni buena mano para las relaciones humanas. |
