Al tratar de hacer citas o contactar a personas por teléfono en sus trabajos, uno no puede hacer más que concluir en que inventar buenas excusas se ha convertido en un arte perdido.
Sólo eso puede explicar que cada vez que alguien no está disponible para nosotros, recibimos la respuesta de que "están en una reunión".
De hecho, cada vez que a uno le dan esta contestación del otro lado del teléfono o de la recepción, recibimos un mensaje implícito de que no quieren saber de nosotros.
Hay jefes que usan esta excusa tan seguido que ya sus secretarias lo repiten automáticamente. Lo hacen sin pensarlo. Su primera reacción ante cualquier intento de hablar con el jefe es "está en una reunión".
Esto puede significar muchas cosas:
- La persona con que queremos hablar podría realmente estar en una reunión.
- Está demasiado ocupado con trabajo y no quiere atender a nadie, excepto quien le interese.
- Está en alguna actividad extracurricular en horas de oficina.
- Sencillamente no quiere hacer bien su trabajo. Es un vago/a.
Que conste que hemos colocado la reunión en la opción número 1, para darle un voto de confianza al "chifión".
Pero cuando la excusa de la reunión se repite una, dos, tres y cuatro veces, algo está pasando, y seguramente no es lo que nos está diciendo la oficinista.
Esta falta de educación se agrava cuando los que "chifean" al público son funcionarios públicos, que se deben a los ciudadanos, ya que estos pagan su salario.
Así sucede con muchos servidores públicos de alta jerarquía, que fueron puestos en esos cargos por el voto de los ciudadanos. Esperemos que recapaciten pronto, porque cuando llegue la hora de las campañas de reelección, serán ustedes los que recibirán los portazos verbales.
No podemos cerrarles las puertas de nuestras oficinas y trabajos a la gente a la cual nos debemos. Esto no solo es una falta de respeto, sino que nos estamos metiendo nosotros mismos un tiro en el pie. Es un búmerang que tarde o temprano se nos devolverá; un karma a punto de regresar por nosotros.
Levante ese teléfono y respóndale a la gente. Es su deber.
