Tres soldados de la fuerza aérea estadounidense murieron ayer por la explosión de un coche-bomba en un barrio del suroeste de Bagdad, según un comunicado militar norteamericano.
El vehículo explotó al paso de un convoy militar, pero se desconocen más detalles del suceso y se ignora también la identidad de las víctimas. Estos tres muertos se suman a los otros dos soldados americanos caídos en las últimas 48 horas en Irak. En total, el ejército estadounidense ha perdido a 3.011 de sus efectivos desde el comienzo de la invasión de Irak, en marzo de 2003.