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Los chinos secuestran para pagar sus deudas
Antonio Pérez M.
Crítica en Línea
En medio del colorido de las luminarias navideñas y el ambiente de alegría que se vivía en la noche buena del 24 de diciembre del 2000, un joven asiático (chino) era secuestrado en la concurrida avenida de la Vía España. Rubin Yin, un prometedor joven de 21 años, salía del negocio de sus padres, una electrónica ubicada en la Vía España, para encontrarse con su novia en el centro de la cuidad, pero este nuca pudo llegar a la cita, ya que fue interceptado por otro vehículo frente al centro comercial de Plaza Concordia. Los antisociales lo encañonaron, lo bajaron de su auto y se lo llevaron. De acuerdo a los datos recabados los secuestradores son chinos y el hecho fue como a las nueve de la noche da la noche del 24 de diciembre. Mientras esto sucedía, los padres de Yin lo esperaba para recibir la Navidad en familia, lo que provocó preocupación dentro del hogar al ver que el reloj marcaba las 12 de la media noche, y el joven no aparecía. A la una y media de la madruga del 25 de diciembre, sonó el teléfono de la familia Yin, y en vez de ser una llamada de felicitación, fue la voz de un hombre asiático que informaba que el joven que estaba secuestrado y para lograr su liberación tenía que pagar 150 mil dólares en menos de 24 horas o de lo contrario lo asesinarían. Por ser día feriado y al estar todos los bancos cerrados los familiares de Yin no pudieron conseguir el dinero, y al terminar el día de navidad los desesperados padres no recibieron más noticias de los secuestradores. No fue hasta a la mañana del 28 de diciembre que un humilde trabajador de la comunidad del Tecal, en el corregimiento de Alcaldedíaz, salió de su casa con destino a su puesto de empleo, y al pasar por un lote valdió sitió un olor desagradable y al acercarse observo el cadáver de un hombre que era acechado por las aves de rapiña. Al lugar se apersonaron las autoridades policiales quienes procedieron a realizar las investigaciones de campo, determinando que el cadáver encontrado era el de Rubin Yin, el cual tenía tres impactos de bala, y el rostro tapado con cinta adhesiva. Mientras que los exámenes de necropcias revelaron que el joven tenía un aproximado de tres días de estar muerto, lo que hace pensar que los secuestradores cumplieron con su palabra, de matarlo a penas se cumplían las 24 horas. Los investigadores revelaron que el perfil de los secuestradores es de ciudadanos asiáticos que estaban desesperados por obtener esta suma de dinero lo que motivó a acabar con la vida del joven. Dentro de las investigaciones realizadas por los especialistas en investigar secuestro esta conducto confirma la tesis de que existen grupos de chinos que se dedican al secuestro para obtener dinero y pagar deudas de juego. Otros de los informes obtenidos revelan que el 50% de los secuestros que se escenifican en nuestro país, son de asiáticos, sin contar los que no se denuncian, ya que las liberaciones se pagan sin que los afectados soliciten la intervención de las autoridades.
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