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POBLACION IDEAL SERIAN 1,000 CABALLOS
Arreglar los establos debe ser el primer paso para mejorar la hípica, Alessandría

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Amett Pérez K.
Crítica en Línea

El exgerente del Hipódromo Presidente Remón, José Antonio Alessandría, considera que el primer paso para que la hípica mejore es arreglar el área de establos y luego se puede buscar un sistema de financiamiento para importar caballos.

Alessandría explicó a Crítica Libre que "primero usted tiene que arreglar el área de establos y entonces se puede buscar un sistema de financiamiento para importar este año setenta, ochenta o noventa caballos. Luego el otro año trae otro poco y así puede fomentar la hípica".

Aunque estimó que también es importante que se haga una campaña para que los hípicos de "tuerca y tornillo" vuelvan al hipódromo. Hacer que el elemento humano regrese a la actividad, ya sea de tarjeta de crédito, de invitación. "A todos esos grandes ejecutivos, banqueros e inversionistas traerlos al hipódromo, brindándoles cualquier cosa para que se vaya enamorando del espectáculo. Entre ellos, alguno puede comprar un caballo o varios entre todos".

También, definitivamente, hay que atraer nuevos hípicos, pero se tiene que hacer algo para que eso ocurra, aunque es consciente de que no es fácil, pero la hípica está en una situación sumamente difícil.

El hombre que bajo su administración se lograron los niveles más altos de apuestas dijo que para él en los tiempos de ahora la población ideal serían 1,000 caballos, para que de esta forma se le cambie la "cara al espectáculo" y no ver correr todas las semanas a los mismos ejemplares.

Sin embargo, reconoce que es muy difícil traer caballos de Argentina con los precios que hay allá, por lo que se tendrá que recurrir a Estados Unidos, que son más baratos y "son buenos, y sí se aclimatan aquí rápido. Un caballo que te sale bien puedes hasta hacer negocio, llevándolo nuevamente a su país para que corra".

El exfuncionario recalcó que para poder importar caballos, primero hay que arreglar los establos, porque solamente así un ejemplar que cuesta 20 mil o 30 mil balboas lo tienes en un lugar cómodo, decente y que no tenga peligro que le puede caer encima un techo.

Sobre presentar un atractivo Calendario Clásico, Alessandría enfatizó que "usted no va a levantar la hípica con dos o tres clásicos, se hace con el espectáculo completo. Si vemos las estadísticas de los años que se jugó más dinero, nunca un domingo, aunque fuera de clásico bueno, se apostaba más que un sábado, porque era el día que más plata se jugaba y no había clásico. La gente iba al hipódromo y comenzábamos a la una de la tarde y terminábamos a las seis y algo".

Para el máximo dirigente del coso hípico entre 1983 y 1988, las carreras deberían comenzar los jueves a las tres de la tarde, en tanto que los sábado y domingo a la 1:30 p.m., después que termine la lotería. Pero es de la opinión que "los actuales horarios no ayudan en nada ni siquiera al individuo que va al hipódromo, porque por ejemplo, los jueves éste va llegando a su casa a las once de la noche".

Referente al hecho de que la entrada a la tribuna grande y al establecimiento es completamente gratis, señaló: "¿Por qué no en todas partes? Denle oportunidad a la gente que entre. El que va a entrar va a gastar, porque aunque no se quede toda la tarde, se toma un trago o dos y juega por lo menos uno o dos caballos y así van generando más apuestas".

En lo que respecta al sistema de acotejamiento dijo que éste debe ser una decisión de los gremios hípicos, tales como los dueños de caballos, entrenadores y criadores, porque son los más interesados. "Si los gremios quieren que el último lote de nacionales sea la Clase "H", pero si se apuesta o no, ya es problema de ellos".

Aunque su parecer es que lo más conveniente es que se vuelva con las clases para nacionales y las series como en el pasado, pero es importante que este sistema se revise periódicamente. El sistema de acotejamiento no cuesta dinero, solamente hay que prepararlo y ponerlo en práctica.

José Antonio Alessandría le recomienda a la empresa operadora del hipódromo que se siente con todas las partes involucradas en la hípica para ver cómo en prioridades se levanta el espectáculo y los artistas que son los caballos. "Posiblemente la Equus podría aportar algo para importar ejemplares y también darles el aliciente a los criadores para producir más animales en sus haras".

En cuanto al papel del Gobierno en la hípica, a pesar de que ahora la administración es privada, el exgerente Alessandría expresó que "tendría que ser un poquito más consciente, porque dentro de este engranaje hay más de 5 mil familias que viven de esta actividad, por lo que si el hipódromo se cierra, van a entrar a la lista de desempleados".

"Desgraciadamente muy poca gente del Gobierno quiere pelear por la hípica. Nadie se preocupa por esta actividad...la han privatizado, bueno, que se maten y se acabó", indicó.

"Ahora mismo la hípica está huérfana de defensores. Si mañana o pasado la Equus se va, los dueños, entrenadores y criadores tendrán que ver ellos cómo se unen, sin ambiciones personales. Algo tendría que hacerse para que esto no se muera, un patronato o una organización", sostuvo.

El consejo que le da a los gremios hípicos es que la unión y la comprensión entre todos hace la fuerza, pero sin peleas, llegando a un arreglo definitivo, poco a poco, para que esta actividad no se muera.

Recordó que en sus tiempos "una de las cosas más importantes era la confianza que tenía el público en el espectáculo. La gente venía a apostar, no había ninguna carrera de simulcast, teníamos tres días a la semana, contábamos con una población caballar bastante grande, que era de alrededor de 1,200 ejemplares. "Prueba está que nosotros todos los años tratábamos de eliminar los caballos malos y pagándole a los dueños para que se llevaran su animal que no servía. Esto era un aliciente para los dueños de caballos porque se llevaban hasta 3 mil balboas".

Además, habían premios altos, ya que los no ganadores nacionales cobraban B/.6 mil y cuando el ejemplar salía de la Especial, ya se había pagado. También una de las grandes cosas era la competencia entre el caballo nacional y el importado, lo cual atraía mucho público, pero después vino la crisis y bajó bastante.

Aprovechó para manifestar que su administración todavía mantiene el récord de mayor apuesta en un año: 43 millones y en una semana (tres días de carreras): 1 millón de balboas.

Sobre la coima en la época Alessandría dijo que ésta era de alrededor del 35%, pero "al apostador no le interesa la coima. Le interesa el espectáculo, las carreras parejas y los buenos dividendos".

Tocante a los diferentes tipos de jugadas, explicó que "nosotros no cansábamos a la gente, de la primera carrera hasta la última. Hay que darle oportunidad a la gente a que apueste más, a que gane más dinero. Por ejemplo, la dupleta, teníamos cuatro o cinco y el one-two, la quiniela y el pick-3 (tripleta) la jugábamos tres veces al día. Cuando hay plata, la gente se queda en el hipódromo".

Por otra parte, en la administración anterior, del doctor Pérez Balladares, había una mentalidad, eliminar al hipódromo, nadie lo defendía y entonces pusieron a un gerente, "creo que no es que no lo sabía, él a lo mejor estaba mandado, para destruir a la hípica y llegar a ponerla en un cajón sin salida, pero la solución era la privatización", aseveró.

"El destruyó completamente la organización hípica. Ahuyentó a los buenos hípicos del hipódromo".

"Ellos [los del gobierno pasado] lo hicieron a propósito para privatizarlo, pero [los dueños de caballos, entrenadores y criadores] nadie dijo nada, porque también tenían la mentalidad que la privatización era la salvación. Y no sabían que el que viene de afuera a privatizar lo que sea, lo quiere es llevarse todo. Ejemplo, el INTEL, el IRHE, el hipódromo y algunas otras entidades", opinó Alessandría.

Según el exgerente del HPR, "lo que ahora han hecho es lavarle la cara a donde va el público [las tribunas], pero la parte interna, que son los establos, no. Porque si soy un dueño de caballo y quiero ir a ver mi ejemplar y estoy viendo que mi establo se cae, entonces no voy a invertir plata".

Mientras no hayan alicientes, los hípicos viejos no van a regresar al hipódromo, tanto dueños de caballos como apostadores, hay que hacer algo para que la gente vuelva.

 

 

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Mientras no hayan alicientes, los hípicos viejos no van a regresar al hipódromo, tanto dueños de caballos como apostadores, hay que hacer algo para que la gente vuelva.

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