TEMAS DE ACTUALIDAD
Un ambiente lastimado

Fermín Agudo Atencio
Las prácticas desempeñadas en el agro panameño a través de las centurias, han ido poco a poco empobreciendo la capa superficial de la tierra, lesionando las riquezas físicas y químicas que generan los nutrientes que fortalecen la población vegetal. Estas costumbres lacerantes en el laboreo del terreno, desmontando y quemando después en forma intensiva, han desmejorado el potencial de los recursos productivos. La Troposfera, capa atmosférica que como segmento de una enorme cadena con la tierra, sirve de pulmón en la interacción de los fenómenos biológicos que se concentran en la multiplicación constante de vida sobre el planeta; reclama un cuidado atento de parte del ser humano. Comparado con una máquina de explosión interna, integrada por una complejidad de componentes que funcionan simétricamente en traducción de fuerza; de la misma forma la tierra en fusión con el aire, posee los elementos fundamentales que en perenne fecundación se conjugan para dar vida. ¡Estupenda analogía de funcionamiento a diferencia que uno se desenvuelve en el escándalo y el otro se desarrolla en el silencio. Pero ambos pueden ser trastocados por la imprudencia. En los dos casos tal excelencia dependerá del óptimo estado en que se encuentren sus partes, para desempeñar su función correctamente. Si la mano maléfica e intrusa del hombre interviene, los efectos esperables no responderán a las causas reglamentarias. En el suelo viven bacterias que utilizan el nitrógeno del aire y lo transforman en sales minerales; tan envidiable y extraño fenómeno, ya entraña un testimonio de vida. Personas, plantas y animales salen beneficiados de éstos, como secretos espirituales que muda e invisiblemente se entrelazan en un gesto simbiótico perdurable. Las plantas toman las sales disueltas en el agua que radica en el suelo y con el dióxido de carbono que obtiene del aire, fabrica su alimento y desprende oxígeno. Esta experimentada mezcla nos explica el por qué no morimos por asfixia, debido a una abundancia descontrolada de dióxido de carbono, sino que establece el equilibrio privilegiado del cual dependemos todos. El ciclo del nitrógeno en la naturaleza nos interpreta la vida. Cuando un ser organizado muere, y es enterrado, otra clase de bacterias concurren con sus filosos bisturíes a descomponer el cuerpo liberando el nitrógeno, refresándolo a la atmósfera. Es una necesidad el equilibrio de estos gases, como elementos básicos del conglomerado natural y colaboradores determinantes de la vida: animal y vegetal. ¿Estaremos verdaderamente preocupados por la conservación y sanidad ambiental, tan indispensable en la vida de todos? No, mil veces no. Nuestra conducta es un desplante, agresiva y fatal en contra del entorno. La tala indiscriminada de la floresta, sin reforestación obligada, las quemas que expiden a la atmósfera alto porcentaje de monóxido de carbono gas letal en la vida humana, han contribuido con su cuota en el deterioro constante de la capa de ozono de tanta importancia nuestra. Ciertos rayos del sol que producen enfermedades, caerán sobre nosotros sin ninguna cobija, produciendo efectos impredecibles.
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