Las personas que tienen exceso de sobrepeso padecen de diversas enfermedades, pero hay estudios que indican que el exceso de peso puede acelerar el envejecimiento e incluso la mortalidad en este grupo de personas.
La obesidad está ligada directamente a un descenso de la calidad de vida que se agudiza en el caso del anciano debido a las complicaciones metabólicas, unidas a la acumulación excesiva de grasa corporal.
Según especialistas, de la relación entre obesidad y envejecimiento se desprende que "los obesos envejecen menos, porque viven menos".
Esta afirmación se basa en que las personas con un IMC superior a 29-30, el crecimiento de la mortalidad es exponencial, al igual que la aparición de complicaciones cardiovasculares, metabólicas e incluso neoplásicas.
La obesidad implica dos tipos de alteraciones graves que son: la complicación de enfermedades como la hipertensión arterial, que es 2, 5 veces más frecuente en obesos, la diabetes mellitus e incluso ya hay estudios que hablan de una mayor prevalencia de las neoplasias en obesos.
Además, existe una serie de alteraciones para la estética, e incluso psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio, pues producen numerosas dificultades: trastornos venosos, linfáticos, edemas cutáneos.
Pero todo esto puede ser prevenido, si las personas siguen un régimen alimenticio y una rutina de ejercicios que ayude a controlar la obesidad y por ende que las personas duren más.