Durante las celebraciones que dieron la bienvenida al Nuevo Año, las autoridades le encontraron algo más que bombitas y juegos pirotécnicos a algunos menores de edad.
En el barrio de El Chorrillo, específicamente en el edificio Hortensia 2 de la calle 23, un adolescente de 16 años quería recibir apoteósicamente el 2010, pero no lanzando fuegos artificiales al cielo como hacen muchos parroquianos, sino a punta de bala.
Pero como siempre hay un aguafiestas, una ronda policial que pasaba por el lugar le decomisó un arma de fuego 9 milímetros marca Gloc con un cargador y una munición sin detonar.