La incidencia de la cataratas en la población panameña, principalmente en Coclé, Bocas del Toro, Veraguas, Chiriquí, Herrera, Los Santos y en áreas suburbanas de la provincia de Panamá, se origina por factores genéticos, ambientales y nutricionales.
Lo anterior obedece a que la gente de estas regiones, pese a que son grandes productores de vegetales, granos y raíces que fortalecen la visión, muy poco las consumen, y prolongan su exposición a las radiaciones ultravioletas, durante la siembra y cosecha de estos productos, que es otro factor que influye en la formación de cataratas y otras patologías degenerativas del sentido óptico.
Al culminar una cirugía de 45 minutos para remover una capa delgada y transparente (catarata) que estaba cubriendo el ojo izquierdo de una mujer de 50 años, el cirujano oftalmólogo Delary Kahn explicó que en el Centro de Cirugía Ambulatoria del Policentro de Juan Díaz, desde hace tres años se realizan cirugías oftalmológicas menores como pterigion (engrosamiento de la conjuntiva) y chalazión (formación quística a nivel del párpado) y que, recientemente, la oferta de este tipo de cirugías se amplió con la adquisición del microscopio Carl Zeiss de marca alemana, con alta resolución de fibra óptica.
Luego dicho instrumento, el Policentro de Juan Díaz implementó el Plan de Caratas o Cirugías Intraoculares, cuyas captaciones se están realizando durante la semana a través del centro de llamadas, a excepción de los martes y miércoles, que es cuando se realizan las cirugías y los pacientes se mantiene en recuperación post operatorio.
Unas 200 personas han ingresado a la lista de espera por catarata en este policentro que atiende, igualmente, las referencias de los centros de salud periféricos, para descongestionar al Hospital Santo Tomás (HST), donde se efectúan más de 600 cirugías de cataratas al año.
Kahn recalcó que la catarata que se corrige con una intervención quirúrgica de 45 minutos, puede disminuir el campo visual sino es tratada a tiempo.
El cirujano recomienda a la población someterse a revisión del nervio óptico, por lo menos una vez al año y con mayor frecuencia al cumplir los 40 años, que es cuando el cristalino del ojo inicia su proceso degenerativo, debido a la alimentación, herencia o por radiación ultravioleta recibida a lo largo de la vida.