El padre se la había pasado trabajando muchas horas todo el año, para poder vivir su �status� de clase media.Por eso casi no veía al hijo los días de semana. Por lo general cuando llegaba a casa estaba dormido...Pero ahora en navidades consideraba que había hecho bien.
Su razón principal era la cantidad de juguetes que le compró a su hijo. �Ni Santa Claus hubiera sido tan generoso con el chiquillo de siete años!
Con satisfacción el padre miró los diecisiete (!) juguetes que dejó bajo el árbol.
Cuando el niño vio el �tarrantantán� de juguetes saltó de alegría. Fue rompiendo las envolturas y abriendo las cajas. En segundos la sala quedó convertida en un salón de exhibición.
Entonces... el niño se quedó confuso. No sabía cuál juguete usar, porque todos eran bonitos. Esto le enredó su pequeña cabecita.
Hizo el pequeño algo que casi le rompe el corazón al padre. Se fue al rincón de la casa a buscar el juguete preferido del año pasado, un sencillo caballito de palo. Corrió por la casa como si fuera un vaquero...
En otro hogar no había tantos juguetes. Pero le dieron al niño de diez años uno muy complicado. Primero había que armarlo y el niño no podía hacerlo. Vino el padre y luego de dos horas mal que bien lo armó, aunque sobraron algunas tuercas.
Le tuvo que dar instrucciones al niño, que no las entendió muy bien. Parece que el juguete era para universitarios...
En esto de los juguetes de Navidad hay que evitar que se conviertan en gastos excesivos, símbolo de poder económico y nunca ellos reemplazarán la relación padres-hijos.
Si usted desea darle muchos regalos a sus hijos en Navidad, puede hacerlo de manera escalonada. Unos para Navidad, otros para el día de Reyes (seis de enero) y hasta en los cumpleaños pueden darse.
Procure conseguir juguetes según la edad del niño. Deje a un lado eso que �mi hijo es genio�. No le compre artículos para dos o más años, porque puede confundir al pequeño.
Tampoco gaste lo que no puede. Eso de pasarse dos o tres meses pagando �deudas de Navidad� no es positivo.
Y procure jugar con el niño y sus juguetes... luego de las navidades. De poco vale pasarse un solo día disfrutando los regalos y luego volver usted a la rutina que lo aleja de sus hijos.
Esté seguro que cuando grande, su hijo recordará más el tiempo compartido con usted, que el costoso y complicado juguete que recibió una Navidad.
�ltimo consejo: cuando adquiera un costoso juguete es bueno comprobar que tiene algún tipo de garantía...�por si se daña!
