No es de extrañar que después de cierta edad la forma de proceder de una persona cambie y tal vez, lo que menos imaginemos es que pueden estar padeciendo de ansiedad o depresión, síntomas comunes en el adulto mayor, que pueden desencadenar algún tipo de sufrimiento.
Con los adultos mayores, hay que tener especial atención, porque presentan una autoimagen negativa, ya que se sienten viejos, inútiles, limitados por las enfermedades y sin afectos. Son precisamente estos pensamientos los que deben evitarse.
SIGA CONSEJOS
Es así que el aislamiento, especialmente por viudez y alejamiento de los hijos, se dé por parte de la familia, sobre todo si el adulto no ha sido una madre afectuosa o el hombre fue un marido infiel. Para evitar la soledad, se recomienda tener amistades y unirse a los grupos de vecinos.
Otra de las cosas por las que el adulto mayor se ve afectado por la ansiedad es las limitaciones económicas que, en gran medida, dependen de la falta de previsión durante la juventud.
�Y QUE DE LA JUBILACION?
La jubilación significa disminución de los ingresos económicos y en el hombre, falta de actividad que puede llevarlo incluso al alcoholismo. Por este motivo, se aconseja seguir trabajando, aunque sea con menor horario o en trabajos voluntarios, y acostumbrarse a realizar actividades en la casa. Debemos mantenernos activos, ser amistosos.
La jubilación no es para descansar, es para iniciar nuevas actividades de acuerdo con nuestras capacidades.
RECONOZCA EL ESTRES
Debemos reconocer el estrés y aprender a relajarnos.
El estrés puede expresarse a través de dolores de cabeza, dolores musculares, indigestión, trastornos del apetito, del sueño, nerviosismo, irritabilidad, etc. Para controlarlo debemos disminuir las exigencias que nosotros mismos nos imponemos, hacer ejercicios ligeros, aprender a relajarse. Si esto no es suficiente debe consultar al médico.
PARTICIPE EN ACTIVIDADES
La participación en nuevas actividades es más fácil para la mujer que para el hombre.
El hombre suele decir "estoy jubilado y tengo derecho a descansar", suele mirar en menos o sentir verg�enza de participar en labores de artesanía, en un voluntariado, un coro o un grupo de gimnasia.
Finalmente, debemos aceptar el inevitable decaimiento físico y mental; debemos estar preparados para disfrutar de pequeños agrados, de un saludo amable, de la tibieza de un día, de una fotografía que nos recuerde personas que ya no existen, entre otros.
Debemos aceptar la inevitable muerte de seres queridos y la propia muerte.