FRANCIA DE MALL ES UNA DE ELLAS Madre: pilar de hombres y mujeres
Miriam Vicenta Almanza
Cr�tica en L�nea
Sus hijos son su mayor ilusi�n, quienes siempre le despiertan el sentimiento maternal, y en su coraz�n, siempre hay espacio para otro. Francia de Mall, una mujer de 60 a�os de edad, vive hoy la felicidad de haber sido la responsable de haber dado a Panam� cinco hombres y una mujer trabajadores y pac�ficos que viven en hermandad. Esta se�ora, quien naci� y ha vivido toda su vida en el barrio San Felipe, a�n hoy, cuando sus ojos no pueden ver la luz del d�a, entorna su mirada recordando paso a paso las travesuras de sus seis hijos ya hombres y mujeres, y del peque�o a quien est� mostrando el camino que deber� andar. "Cri� a mis hijos junto a mi esposo. Mi sue�o era que nunca se separaran de m�, pero hoy las cosas son diferentes. Ellos ya han hecho su vida. Conmigo solo viven dos de ellos y uno peque�o que estoy criando", manifest� en medio de una mezcla de sentimiento de nostalgia y satisfacci�n. Francia, como la nombran sus vecinos, es una mujer trabajadora. Trabaj� junto a su esposo para ayudar a la crianza de los hijos. Cos�a para la calle. Era modista. En esos tiempos, sus ojos pod�an ver. Cont� que siempre estuvo pendiente de los estudios de sus hijos. Cuando llegaban de la escuela, era ella quien despu�s de servirle la comida, revisaba sus tareas y los ayudaba a realizar sus deberes. "Es muy bonito ser madre, porque adem�s de saber que tienes a alguien que sali� de ti, puedes sentir esa alegr�a de saber que ellos siempre estar�n pendientes de una como madre", comparti�. "Mis hijos son cari�osos. As� los cri�", dijo con notorio orgullo, sonriendo y dando un suspiro. En su momento "nunca me gust� que nadie me los atendiera. Para eso estaba yo. Ni siquiera me gustaba que mi esposo los atendiera", se�al� esta madre 'protectora'. "Hoy me siento muy orgullosa de ellos, porque nunca se han peleado entre ellos. Los cri� muy unidos. Nacieron en esta misma casa, donde yo nac�". Los hijos, seg�n Francia, ya vienen al mundo con su personalidad definida, y corresponde a las madres moldear esa personita que se tiene entre manos y que es la alegr�a de toda mujer.
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A causa de una enfermedad que a�n no han podido detectar los m�dicos, Francia perdi� la visi�n, pero lo que a�n conserva es la esperanza de poder ver nuevamente los rostros de sus hijos y nietos.
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