Martes 1 de dic. de 1998

 









 

 


EDITORIAL
Día del Maestro

Se conmemora hoy el Día del Maestro, al reconocer a los esforzados docentes las labores de forja y buril que realizan en los estudiantes panameños, inculcándoles valores y hábitos que sirvan al propósito de enfrentar la vida con decencia y dignidad, incentivando la sana lectura y la actividad investigativa que nutre el intelecto y reforza el alma.

Panamá se elevó a la condición de república en el quehacer de recios maestros que dieron sello y rumbo a la naciente entidad, al comprender que nuestros atrasos sociales, nuestras dolencias comunes asentaban en la falta de luces de los habitantes, en un Istmo con escasas cuatro escuelas, sumido en el abandono de las autoridades bogotanas.

Entonces las prioridades educativas de la estrenada nación panameña llevó a la decisión de crear las becas de la Asamblea Constituyente con las que enviaron a seis hijos dignos de Panamá a nutrirse en las ideas y los conocimientos de máxima actualización de entonces, en Agricultura, Pedagogía, Derecho, Química y otras disciplinas quienes retornaron triunfales al suelo patrio a difundir ciencia y avances que hoy reconocemos.

El Magisterio Panameño, unido en la palabra gremial patriótica y la solidez del deber cumplido, llenó páginas históricas; una digna exponente de sus filas alcanzó la condición de legisladora para la renovación constitucional de 1946, mientras otras en el quehacer cívico femenino difundieron modernidades sociales, y avalaron luchas por la defensa de los derechos humanos y sociales.

Los derroteros de lucha e historia muestran a los maestros y docentes sometidos a la prepotencia y la estulticia de inflexibles mandatarios que preferían el látigo al diálogo, y en jornadas huelguísticas de larga duración rebajaron sus capacidades y resistencias de lucha, realidad que ahora afecta al gremio y le resta presencia en el escenario nacional.

La reciedumbre académica que hizo del maestro panameño motor y faro del ascenso humano panameño está disminuida, y las carencias del magisterio, reducido de recursos financieros y apoyos materiales reclama el retorno a los caminos lúcidos, iniciales de la república.

La coyuntura actual panameña con los retos soberanistas del recobro canalero y la geografía fracturada exigen que las labores magisteriales sean dotadas de los instrumentos adecuados y los recursos idóneos, de manera que el resultado de la forja sea un panameño sensitivo, conocedor de nuestras vicisitudes históricas, capaz de caminar al paso de los tiempos: Grande la responsabilidad que recae en manos de los docentes, que ojalá cumplan con empeño y dignidad. El papel forjador los hace nobles, meritorios y dignos del reconocimiento colectivo.

 

 

 

 



 

AYER GRAFICO
La orquesta 11 de octubre grabó un disco de larga duración con el gran Daniel Santos


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no proyecto programas educativos para los niños


OPINIONES



 

 

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