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Fiorina es presentada por los miembros de la familia fundadora de la franquicia como la villana, pues desea despedir a parte del personal. Fotos AP  |
Los ambiciosos planes de la presidenta de Hewlett-Packard, Carly Fiorina, de adquirir Compaq han desatado una batalla entre el cambio y la tradición, representada por los hijos de los fundadores, que quieren dejar las cosas como están.
Hewlett-Packard, fundada en 1938 en un garaje de Palo Alto (California) por Bill Hewlett y Dave Packard es lo más parecido a una dinastía (o dos) que existe en Silicon Valley, y una de las empresas más veneradas de este valle californiano donde se encuentran muchas de las principales empresas de tecnología.
Ahora, los hijos de los dos fundadores temen que Fiorina, la primera mujer que toma las riendas de la compañía y también la primera persona que alcanza ese puesto viniendo de fuera, se lleve por delante buena parte de los valores corporativos de Bill y Dave, agrupados en el llamado 'HP Way' o 'Estilo HP'.
Desde que se hizo con el control de la compañía, Fiorina trató de reemplazar este estilo, que tiene como eje central la lealtad del trabajador para con la empresa y viceversa por el suyo propio, que consiste en modernizar la compañía reduciendo costes y despidiendo a los empleados cuya producción es más baja, entre otros mecanismos.
Su último gran golpe fue el anuncio, a primeros de septiembre, de sus planes para adquirir el fabricante de ordenadores Compaq Computers, número dos en el mercado mundial, lo que colocaría a Hewlett-Packard a la cabeza en varios sectores tecnológicos.
Pero el proyecto de Fiorina ha desatado una guerra interna en la compañía.
Ocho de los nueve miembros del Consejo de Dirección respaldan a la presidenta ejecutiva, mientras que la dinastía Hewlett - Packard se ha declarado en su contra.
Fiorina asegura que esta fusión es exactamente lo que Bill y Dave (los fundadores) hubieran querido, pero David W. Packard no parece compartir esta idea.
"Soy consciente de que Hewlett-Packard nunca ha garantizado absolutamente a sus empleados que se mantendrían en sus puestos", dijo Packard (hijo), "pero también sé que Bill y Dave nunca desarrollaron premeditadamente una estrategia de negocios que tratase a los empleados de la compañía como prescindibles".
El plan de adquisición de Compaq supondría el despido de unos 15.000 empleados, advierte Packard.
William Hewlett, que también es presidente de la Fundación Flora Hewlett y controla un cinco por ciento de las acciones de la compañía, dijo que creía que H. P. sería más valiosa para los accionistas por sí misma, sin Compaq Computers.
Para Hewlett, este pacto daría a la nueva compañía demasiado peso en el alicaído negocio de los ordenadores personales, al tiempo que diluiría el de las impresoras, que es el que da más beneficios.
Según los analistas, la última palabra podría tenerla la Fundación Packard, que posee un diez por ciento de acciones de la compañía. La Fundación no revelará cuál es su posición al respecto hasta diciembre o incluso principios de enero.
Los fundadores no son los únicos que están en contra de este plan, muy criticado por inversores como Matrix Asset, una compañía de consultores con capital en Hewlett - Packard y Compaq que envió cartas a los directores de ambas compañías pidiéndoles que interrumpiesen el proceso de adquisición.
La pregunta fundamental que circula ahora en Silicon Valley es la de si los hijos de los fundadores son unos "niños ricos" que no comprenden los desafíos de dirigir una gran corporación o si, por el contrario, sólo están tratando de mantener vivos los valores fundacionales.
En cualquier caso, las declaraciones de los hijos de los fundadores suponen un gran revés para Fiorina y Michael Capellas, presidente ejecutivo de Compaq, que durante las últimas semanas han estado viajando por todo el país para convencer a inversores y analistas de las ventajas de la adquisición.
Fiorina, considerada por la revista "Fortune" como la presidenta ejecutiva más poderosa de EEUU, ha recibido muchas críticas y otras tantas alabanzas por su manera de hacer las cosas desde que asumió el control en Hewlett - Packard.
Pero con su última gran apuesta puede haber ido demasiado lejos, y ahora muchos se preguntan si sobrevivirá como presidenta de la compañía. |
