NUSTRA TIERRA

CUENTO
Leyendas urbanas con sabor a folclor: El cuento del pueblo

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Julio César López C.
Colaboración / Nuestra Tierra

Año de 1920. El sol intenso cae sobre la espalda de Ambrosio Rosendo sin apellido por lo que nadie se preocupa de su, origen, sólo lo consideran un parroquiano más en la ciudad de Aguadulce, después del trabajo diario con la tierra en la siembra, arreglo de cercas, cuidado de animales y otros, se dirige en su apartado rancho solitario, intrigante vivienda como renunciando al mundo, luego sale diferente bien vestido y continúa como de costumbre a la iglesia del pueblo donde también coopera con la limpieza, inspira los ángeles del cielo con el repicar de las campanas anunciando la misa, como también lo hace doblando las mismas para despedir cualquier difunto.

Por su forma de ser se gana el sobrenombre del �Ermitaño� cosa que a él no le disgusta y se declara así como el bautizo del pueblo. A medida que pasaba el tiempo se compenetra con las familias del pueblo, lo llaman para los mandados, pintar las casas y en ese recorrer confundido con la gente su memoria es un baúl de las cosas y casos que suceden en el pueblo.

Sabe quién está preso, quien conversa un chisme en el parque porque la mujer es infiel, el ladrón, el que se saca la lotería, el que corrió la cerca en la finca, los que salen en las noches de casas ajenas, la señorita que está encinta y los domingos entra a la cantina, se juma ya que por su sencilla forma de ser le sobran los brindis y de pronto, sin que nadie, lo note desaparece camino a su apartado rancho.

Pero entre todas estas cosas existe una dama que él como instinto de hombre vive enamorado de ella, que lo busca a veces para trabajos o mandados, pero él siente la presencia de un rival �Manolo Dabeira� que vino de España y es el curita del pueblo bien parecido, joven blanco, por naturaleza y lo contrario del �ermitaño� a éste lo invitan a desayunar después de misa, a cenar y en ese peregrinar pasan los dos que sólo con sus miradas se refleja la competencia, pero el ermitaño también logra lo mismo. Pero un día comienza el murmullo y corre la noticia que la dama está esperando un niño y reluce la duda, �quién será el papá?

La dama que es la maestra, deja en asombro a los padres de familia. Esto ocasiona que fuera despedida como maestra por mal ejemplo. Ella por verg�enza se refugia en el rancho del �ermitaño�. Una noche confundido el ermitaño buscó las beatas de la iglesia pidiendo ayuda y corren a auxiliar a la dama y nace un hermoso niño, a los días desaparece el cura del pueblo, el ermitaño igual así como apareció, desapareció. La dama en su sufrimiento y llanto al ver que también su hijo no está, abandona el rancho como una loca desesperada buscando entre pueblo y pueblo sollozando y gritando en las noches de lluvia ay, ay, ay, dónde está mi niño y desde entonces se le ha nombrado como la loca o tulivieja.

 

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