 |
La crisis mundial golpea con sus dos manos las puertas de nuestros agricultores y empresas, las bolsas de productos muestran sus crisis.  |
El pasado ocho de octubre, se celebró el día del productor de las ciencias agropecuarias, con atención ponemos los ojos en científicos y empresarios agrícolas.
Miramos de soslayo a aquellos asistentes madrugadores que acompañan a nuestro hombre y mujeres del campo, ya sean de una agricultura de exportación o de subsistencia.
Esos seres humanos soslayados por su silencio, humildad, sumisión, respetuosos y a veces maltratados, de hecho y de palabra, y que siempre acompañan a su padre, madre y patrón. A veces mal pagados, sin paga, sin seguro social o trabajando por una permuta para obtener alimentos y así sostener su familia.
Los países desarrollados en el último año han dejado de comprar a nuestros países cerca 2.000 mil millones de dólares en bienes y servicios, incluidos entre ellos los de origen agrícola.
La crisis mundial golpea con sus dos manos las puertas de nuestros agricultores y empresas, las bolsas de productos muestran sus crisis. El mundo espera recuperar sus niveles de crecimiento, expertos en la materia dicen en sus análisis que el Producto Interno Bruto (PIB) subirá 1 o 2 % (por ciento), no se ponen de acuerdo en sus estadísticas, pero forman parte del coro de eliminar subsidios agrícolas que en algunos países superan los trescientos mil millones de dólares al año.
Toda esta palabrería estereotipada en cumbres y reuniones de alto nivel, nos obliga a dirigir nuestras miradas a la familia campesina.
Esa familia conformada por mujeres, niños y niñas, que trabajan con o sin salario, para obtener cosechas y ganado, sea para exportar o no, siempre acompañan al jefe de familia, sea mujer u hombre. Trabajan de sol a sol, muchas veces enviando sus cosechas a precios subsidiados hasta la capital.
Ellos con su trabajo, subsidian de verdad a centros de consumo y ciudades. Muchas veces por sus ganas de trabajar y mística para producir, pierden sus tierras porque no pueden pagar sus préstamos ante los precios poco justos.
Ellos la gran familia campesina panameña, son herederos natos de este día de celebración, por lo que se deben premiar a todos los productores agropecuarios. |
