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HOJA SUELTA
Cambios
 Eduardo Soto P.
Cr�tica en L�nea
Volv� a quedarme sin tema. �No!, hay de qu� hablar, lo que no hubo fue paciencia y ese momento de locura que cada semana me droga y me indica c�mo escribir. Siendo que no hay nada nuevo entre ceja y ceja, volv� a meter la mano en la bolsa de recuerdos y saqu�, de octubre del a�o pasado, este viejo picadillo que dice: Durante veinte a�os mi madre me condicion� en dos rutinas ineludibles: primero, anudar los calcetines sucios para que no se perdieran en la lavander�a y, segundo, colocar bolitas de alcanfor en la gaveta de los calzoncillos, como f�rmula m�gica para que las cucarachas no se almuercen mis pa�os menores. Esa liturgia �ntima marc� mi vida. �Hasta que me cas�! Mi mujer derrib� estos h�bitos con argumentos que rayaron en dogmas pontificios. Me dijo que eso del nudo en las medias era inadmisible porque no toleraba el tufo al momento de soltarlas. El asunto era que no imprim�a la presi�n necesaria con los dedos para aflojar las ataduras, y ten�a que recurrir al viejo truco de morder un cabo mientras con las manos halaba el resto de aquella naturaleza muerta, que desped�a ciertamente los efluvios de un cad�ver. Al tercer d�a de matrimonio cay� como una piedra el ultim�tum sobre la mesa del comedor: "no quiero un nudo m�s (...) si lo haces, te dejo". Desde entonces no hay un par de medias completo, y la guerra -aunque de baja intensidad- ha sido larga y muy c�mica, porque entre rega�os y frases como "�te lo dije, mi mam� ten�a raz�n, d�jame atar los calcetines!", siempre surge un episodio como el de hace unas semanas, cuando aparec� en una reuni�n importante con una media azul y la otra verde. El l�o de los calzoncillos es mucho mejor. A la madre de mis hijos nunca le import� que las cucarachas acabaran con la ropilla que va debajo de mis pantalones, y desterr� por completo las bolitas del alcanfor de los cajones. Y lo hizo porque esta convencida -obcecada, dir�amos con el tiempo- de que el perfume de estas bolas n�veas tiene propiedades debilitadoras de las facultades amatorias en el hombre, no del coraz�n, sino de la cintura para abajo. "No me gusta ese olor, y si se te va a caer el �nimo, que no sea por negligencia m�a", sentenci�. Por eso desaparecieron para siempre las bolas de alcanfor y los nudos en las medias en mi vida. Yo me acostumbr�, porque he aprendido que cuando cambia el gobierno (primero era el de madre, consentidor y permisivo; despu�s el de esposa, dictatorial, pero seductor) uno tiene que acoplarse a las nuevas reglas. Si no lo hubiera hecho, me habr�a tragado el drag�n que est� a punto de meterle el diente a mucha gente que no se ha dado cuenta que hay otro jefe en el Palacio de Las Garzas, e insisten en hacerle un nudo a las medias sucias. P.D. Que bueno es tener dos a�os de art�culos tirados por ah�, para escoger a lo loco cuando me quedo sin agua en el cerebro.
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