La violencia doméstica en la vida de las mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes, adultos y adultas mayores y personas con discapacidad constituye uno de los problemas sociales y de salud pública más sentidos de la sociedad panameña. Por sus enormes proporciones, se constituye en una de las más preocupantes y aún aceptada forma de violación a los derechos humanos.
Rosina Pérez, directora regional del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), expresó que la violencia doméstica va más allá del simple hecho de la violencia que se observa en una agresión física, sicológica y de abuso sexual.
La violencia que más se reporta es la física y después la psicológica; sin embargo, detrás de cada golpe, automáticamente hay una consecuencia psicológica para las personas que reciben esa agresión.
En el caso de la agresión física, su evidencia se materializa, lo que permite probarla con más facilidad.