El negocio del transporte selectivo atraviesa por su peor crisis en Chiriquí, porque B/4.07 cuesta la gasolina de 91 octanos y B/4.23 la de 95 octanos, situación que mantiene entre la espada y la pared a los conductores de taxi.
Según Alcibiades Díaz, la mayor preocupación para estos conductores es que la gasolina no es subsidiada como ocurre en el caso del diésel y ellos tienen que enfrentar el duro golpe de las alzas en el precio.