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EDITORIAL
Nueva generaci�n de polic�as
A finales de los a�os ochenta, cuando el Ej�rcito de Estados Unidos invadi� Panam� y redujo a la nada todos los fundamentos y estructuras de las Fuerzas de Defensa (aparato militar que Manuel Noriega us� para someter a los paname�os y delinquir en su beneficio personal), nadie daba ni la m�s humilde de las monedas por la gente de uniforme. La devastaci�n fue total: los cuarteles convertidos en escombros; las diversas ramas (mar, tierra y aire) fueron divididas, subdivididas y divididas m�s a�n, convirtiendo todo en servicios civiles separados; las cuentas bancarias cerradas y sus fondos pasados al Tesoro Nacional; clausuraron los pabellones de salud militar, los casinos, el club de clases y tropas, as� como todas las instalaciones similares en provincias; eliminaron los comisariatos y las guarder�as. En fin, todo vestigio del ej�rcito pas� al olvido, y su recuerdo -su mal recuerdo, porque los paname�os m�s sufrieron que gozaron de beneficio alguno- fue enterrado para siempre. Incluso, hoy toda manifestaci�n que suponga un acercamiento a los tiempos de "las botas y las bayonetas" es denunciado como un intento funesto de volver a la vieja �poca del militarismo. Conocidas son las denuncias en la Escuela N�utica, o en los Servicios Mar�timo y A�reo, por el supuesto abuso de los superiores, quienes someten a los subalternos a los rigores f�sicos y disciplinarios propios de las antiguas pr�cticas de la soldadesca. En ese contexto tuvieron que vivir los polic�as que sobrevivieron a la "purga" de los a�os noventa, y a�n en los albores del nuevo milenio. No ha sido f�cil. La ciudadan�a misma aprendi� a mirar a los uniformados como parias, sometidos a los designios de un ej�rcito extranjero y una clase pol�tica a veces inepta, otras corrupta, pocas veces desinteresada y patri�tica. Pero se presienten vientos nuevos. Varios cientos de muchachos, egresados de las escuelas secundarias p�blicas, est�n estudiando en la Escuela de Oficiales, y dentro de diez o veinte a�os ser�n quienes rijan los designios de una Polic�a que pareciera perfilarse como profesional y civilista. Habr�n pasado ya los militares que tuvieron que reconvertirse en polic�as, y quedar�n vigentes �nicamente esos nuevos capullos, que para entonces ser�n robles fecundos y robustos que propiciar�n sombra y cobijo a la ciudadan�a, Dios quiera que alejados de la coima, la pol�tica barata, el narcotr�fico y la corrupci�n. Estudian en un moderno centro de ense�anza superior, regido por la Universidad de Panam�, y en pos de un t�tulo universitario digno y funcional en esta sociedad de principios de centuria. La Escuela de Oficiales est� ubicada frente al aeropuerto de Howard, y cuenta con las m�s eficientes instalaciones de academia alguna en el �rea. Eso le ha valido que otros pa�ses est�n preparando el env�o de aspirantes a Panam�. Ojal� los resultados sean de beneficio para todos; por un pa�s m�s seguro, y por el bien de esta nueva generaci�n de polic�as que buscan su progreso en la peligrosa profesi�n de guardianes del orden p�blico.
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PUNTO CRITICO |
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