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UNA ACTIVIDAD QUE SE EXTIENDE
La mendicidad y la caridad organizada ¿Un negocio lucrativo?

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Minerva Bethancourth
Crítica en Línea

Apelar a la caridad diaria de los pasajeros en un autobús, al conductor en medio de la luz rojo del semáforo, a los transeúntes que van y regresan a sus trabajos se ha convertido en una actividad lucrativa para muchos, para otros, un medio de subsistencia ante la falta de un empleo.

Los expertos consultados coinciden que esto es resultado de los niveles de pobreza que asciende a un millón de personas.

La mendicidad o la caridad organizada puede generar de B/.3.00 hasta B/.50.00 en un día, según los entrevistados, mientras los menos conservadores en cifras alegan que obtienen de B/.100 a B/. 1,000 al mes.

Dicha actividad está proliferando al igual que evoluciona, ya que antes era el mendigo (la persona sucia y harapienta que te pedía una limosna), ahora existe una caridad organizada, que integran entidades religiosas, centros de rehabilitación para personas que han caído en el flagelo de la droga, los vendedores ambulantes de galleta o ungüentos, los tradicionales mendigos que se ubican en aceras o paradas, “los descarados”, que fingen padecer de alguna enfermedad terminal, los denominados piedreros (personas con problemas de drogadicción que solicitan dinero para continuar con el vicio o quizás para comprar alimento), los niños que ofrecen una estampita a cambio de una “limosna o contribución” y otros.

Dicha actividad es compartida por nacionales y extranjeros.

Incluso hay supermercados que en sus cajas de cobro también ubican envases solicitando la colaboración para una noble causa.

Para algunos esta situación puede esconder una red que se dedica a “ lucrar” a costa de la benevolencia de los demás, aunque hay otros que practican la mendicidad simplemente por necesidad.

Para el sociólogo e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELAP), Marcos Gandásegui, existe una tipología de mendigos o limosneros, los sinceros, “quienes a nadie convencen, porque ofrecen su tragedia”; los de negocio, “ofrecen sus productos y convencen de que es una buena inversión comprarles”, y los artistas, “saben agradar brindando una melodía o dando la palabra”.

Indicó que en la actualidad hay instituciones religiosas, deportivas y educativas que abusan del “arte” de pedir limosna.

Gandásegui señaló que hay personas que abusan de la caridad y lo convierten en un negocio, contando con una red de limosneros.

En dicha red opera un agente que distribuye a niñas, niños, mujeres jóvenes como a ancianos en distintos puntos, donde al final de la jornada el “gerente”, quien acumula el dinero, los reúne para repartir y darles una cantidad para que regresen y continúen la labor.

El sociólogo aclaró que en Panamá esta modalidad no se ha extendido, sin embargo, indicó que las diversas situaciones que se observan a diario da a concluir que efectivamente existe una red organizada, y citó como ejemplo los niños que ofrecen en las calles y en los restaurantes estampitas religiosas a cambio de una colaboración y se interrogó: ¿Quién les compra a niños y niñas estas estampitas, si ellos no cuentan con un capital semilla para adquirirlas?

Expresó que dicha situación es inmoral y la comparó con la “prostitución”, porque hay “agentes” que explotan a un grupo de personas para su beneficio personal.

Según el investigador, todas estas situaciones son producto de la estructura social, donde el desempleo es crónico, donde el gobierno carece de políticas eficientes para reducir la pobreza.

¿QUE OPINA LA IGLESIA CATOLICA?

El canciller del Arzobispado de Panamá, Rosendo Torres, sobre la mendicidad señaló que desde el punto moral de la justicia, no “cree que estén haciendo nada contra nadie, porque no te obligan a colaborar”.

El prelado indicó que hay personas que se ponen agresivas a la hora de pedir limosna, “cada uno debe entender que hay que hacer una obra buena todos los días y que Cristo se te puede presentar en forma de mendigo”.

“Aunque nos moleste a todos los limosneros, no podemos generalizar diciendo que todos los que piden no lo necesitan, o lo emplean para cosas indebidas”, expresó.

Sin embargo, resaltó el padre la posibilidad de que exista una mendicidad organizada donde los padres utilizan a sus hijo para “conmover el corazón” de los demás.

El sacerdote apuntó que contribuir con los mendigos no solucionará la situación de pobreza, que hay que “desarraigarla de hecho”.

LOS MENDIGOS DE LAS ACERAS Y PASOS PEATONALES

Estos pertenecen a un grupo especial, ya que generalmente son personas que piden limosnas con un lata o un vaso. Ellos no exigen, sólo extienden su mano para que una mano caritativa se compadezca y haga su aporte.

Una de estas personas es Marta (nombre ficticio) proveniente de El Salvador. A ella la encontramos en una de las aceras de la 5 de Mayo, quien de sus 40 años de vida, 14 de ellos los ha dedicado a la mendicidad.

Esta mujer que nació con un problema en la columna vertebral, que la mantiene con muletas, indica que a diario obtiene de B/ 8.00 a B/.20 y los mejores días logra hasta B/. 40.00, principalmente en tiempo de quincena.

Comentó que al llegar a Panamá en 1987 se dedicó a la buhonería, negocio que no pudo continuar por falta de recursos, por lo que optó por pedir limosnas a pesar de saber coser y practicar la cerrajería.

Por medio de la mendicidad Marta alega que pudo educar a sus dos hijas, las cuales son hoy día mujeres adultas con responsabilidades que atender.

LOS ARTISTAS

Estos en su mayoría son adolescentes de buen vestir, que suben a los buses con guitarra en mano y tocan una melodía que deleita a quien los escucha y luego pasan de puesto en puesto para pedir una colaboración.

Los mismos obtienen como mínimo B/. 10.00 en un bus.

Dentro de este grupo también se incluye a los que se sientan en los pasos peatonales que además de tener un vasito en mano o un sombrero, tocan una melodía con una armónica o un violín.

Ramiro es un hombre de 30 años, llega a las 6:00 a.m a tocar su armónica y se retira a las 7:00 p.m. con unos B/ 25.00 a B/. 50.00 que deposita en el banco.

El mismo relata que se inició en esta actividad por recomendaciones de un hermano de una iglesia evangélica, al verlo que no conseguía trabajo.

Asegura que en un mes ha logrado obtener unos B/.1,000, por lo que reiteré la pregunta ¿sobre lo que obtenía en un mes?, y respondió lo mismo.

LOS QUE PIDEN EN NOMBRE DE DIOS PARA UNA OBRA

Existe una variedad de organizaciones e instituciones que con Biblia en mano solicitan una contribución para continuar la manutención de un albergue o un comedor infantil.

Hay de todas las edades y se manejan de diversas maneras: abordan un bus, se encuentran en una parada o en una vía muy transitada. Pero eso sí, representando una institución o una congregación religiosa diferente.

Aducen que lo hacen para sacar del flagelo de las drogas a muchas personas, al tiempo que le han dado techo y comida una vez que su familia los abandonan.

Grupos como Remar, Centro de Rehabilitación el Redentor, la Casa del Alfarero, Soldados de la Cruz, son algunas de las tantas organizaciones que a cambio de una calcomanía, un versículo de la Biblia o una explicación de una loable obra que proyectan desarrollar (orfanatos, comedores o distribuir misioneros de la palabra de Dios alrededor del mundo), logran al día un aporte B/.10 a B/. 15 de forma individual.

LOS NIÑOS QUE MENDIGAN EN LA CALLE

De acuerdo a la directora de la Niñez del Ministerio de la Familia, Maribel López, un 80% de niños trabajan en las calles. En dicho porcentaje se incluye a los que se dedican a la mendicidad.

Precisó que estos menores devengan un ingreso que va de B/.40 a B/. 86 al mes.

Dentro de este grupo, manifestó que unos 68 mil niños trabajan en Panamá, donde el 30% se dedica a la mendicidad.

De López reveló que dentro de esta situación también se han detectado menores de edad que se dedican a la prostitución infantil, principalmente en las áreas turísticas como los puertos.

LOS DENOMINDAOS "PIEDREROS"

Conforme a un censo que efectuó la Dirección de Trabajo Social de la Alcaldía a nivel nacional, existen unas 460 personas que deambulan por las calles, víctimas del consumo de drogas.

Estas personas generalmente tienden a ser agresivas y siempre solicitan 10 centésimos para poder continuar el vicio o para tomarse un café.

Esto más que una situación de mendicidad es un problema social.

LOS "BIEN CUIDA´O" Y LOS QUE COBRAN POR DETENER UN TAXI

Los “bien cuida´o” son los que se encuentran en los estacionamientos al “acecho”, en espera de un cliente para cuidarle el auto y evitar que alguien los raye. Muchos de estos sujetos se “autoemplean”, ya que algunos dueños de vehículos no los autorizan para que les cuiden el auto.

Generalmente piden una contribución de B/. 1.00 a sus clientes.

Pero existe otra modalidad, los que cobran al conductor de un taxi 25 centésimos por llevarle un pasajero.

Existe una variedad de personas que se ingenian para conseguir ingresos, ya sea para su persona u otras, o para contribuir con una noble causa.

 

 

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Existe una variedad de personas que se ingenian para conseguir ingresos, ya sea para su persona u otras, o para contribuir con una noble causa.

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