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Juan Elogio Burgos, fornido y curtido hombre de campo, de un pueblo de Azuero, le sucedió algo terrible que acabó con su vida, por un gran susto que recibió, según cuenta una leyenda urbana con sabor folclórico, al trabajar sus animales domésticos "un Viernes Santo".
Juan Elogio fue un hombre, además de trabajador, creyente de las cosas de Dios, amaba y respetaba su religión católica. Se dice que jamás alguien lo escuchó renegándole a Dios. Sin embargo, cuentan que este hombre tenía necesidad de hacer uso de su carreta y yunta de bueyes para realizar un trabajo muy importante para él y su familia.
Así se dirigió al portrero, enlazó al par de bueyes y les colocó el aparejo que va con la carreta. Cuando todo estaba listo para la partida, con la garrocha (bara con un clavo en la punta para hacer caminar a los bueyes) pinchó al buey colorado, el de la izquierda, a lo que la bestia le dijo �Juan por qué nos haces trabajar hoy Viernes Santo, el día más sagrado para la humanidad?.
Juan Elogio quedó casi petrificado al escuchar lo que dijo el buey, pero tuvo aliento para responderle, diciendo "Dios mío, yo nunca había oído a un buey hablar". Al instante, su perro fiel que estaba con él sobre la carreta, le respondió "ni, yo tampoco". Allí fue donde quedó fulminado Juan Elogio Burgos, de quien se cuenta que murió de un infarto un "Viernes Santo" por trabajar y hacer trabajar a sus animales domésticos.
LO QUE NO SE DEBE HACER HOY
Según los patriarcas en Herrera y Los Santos, hoy Viernes Santo no se debe utilizar ningún tipo de herramientas punzocortante, ya que todo lo que se ejecute con ellas "estarás cortando al Cuerpo de Cristo".
No se debe subir a los árboles, ni para cosechar, ni por diversión, ya que señalan los abuelos te podrías convertir en mono, para que hagas un verdadero uso de los árboles, como lo hacen los primates.
Tampoco se debe ir de pesca, ni cacería, ya que se podrían llevar el susto de su vida. |
