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Semana Santa es un tiempo "especial", un tiempo para consolidar la fe y la vida cristiana, un tiempo para que la celebración central de la Pascua nos encuentre un poco más cristianos. |
Semana Santa es un tiempo "especial", un tiempo para consolidar la fe y la vida cristiana, un tiempo para que la celebración central de la Pascua nos encuentre un poco más cristianos.
Habrá que plantearse, por tanto, qué debemos hacer en este tiempo y cómo debemos vivirlo.
Este era el tiempo en que los pecadores -los que habían actuado rompiendo de forma decisiva la comunión con Dios y la Iglesia- hacían penitencia para ser reconciliados el Jueves Santo y poder celebrar de nuevo la Pascua.
Durante los días de la muerte y la resurrección de Jesús fijaremos nuestros ojos en el camino nuevo que Jesús nos ha abierto con su fidelidad y daremos gracias. Pero para que ello sea auténtico y verdadero, por nuestra parte, por parte de nuestro modo de vivir, deberemos llegar a la celebración pascual habiendo reforzado el seguimiento de este camino nuevo: habiendo renovado la fe y el compromiso de nuestro bautismo, y habiendo caminado hacia la reconciliación con Dios. A eso nos invita la Semana Santa.
�COMO HACERLO?
Se trata de consolidar la fe y la vida cristiana, de darle impulso.
Eso puede parecer quizá muy general pero conviene recordarlo.
Debemos decirnos a nosotros mismos que somos cristianos, que queremos serlo más, y que creemos firmemente que Jesucristo ha abierto en medio de nuestra historia el único camino que es absolutamente valioso.
Y debemos mirar nuestra vida, hacer examen de conciencia, descubrir con limpieza de corazón qué nuevos pasos podríamos quizá dar.
Tradicionalmente, y en el mismo evangelio, se señalan tres actuaciones concretas: la limosna, la oración y el ayuno.
�Qué significa, ahora, la limosna, la oración y el ayuno? �Cómo pueden vivirse cuando está para terminar el siglo XX?
LA LIMOSNA
La limosna es dar dinero a los que pasan necesidad.
Lo cual sigue teniendo actualmente -y más aún en momentos de crisis económica- todo su valor. Si bien la mendicidad de la calle provoca normalmente desconfianza, en cambio sí que hay que plantearse seriamente, nuestra propia aportación a las acciones de servicio a los necesitados.
LA ORACION
La oración, el espacio de silencio ante Dios, es un elemento decisivo para reforzar por dentro la fe y la vida cristiana.
Otra forma muy útil de oración consiste en la lectura de los evangelios, o de los salmos.
Eso también dependerá, claro está, de las posibilidades de cada uno y constituye un buen acercamiento a la persona de Jesús.
Finalmente, otro buen propósito para este tiempo sería la participación en la Eucaristía diaria (todos los días o algunos).
EL AYUNO
Para muchos, resulta difícil encontrar qué sentido tiene privarse de cosas -de comida, de ir al cine, o de lo que sea- simplemente por motivos religiosos, "para agradar a Dios" o para pedir su benevolencia hacia nosotros.
Sin embargo, no sería ningún progreso, ni humanamente ni cristianamente, abandonar sin más la práctica de la privación voluntaria.
Porque vivimos en una civilización que funciona teniendo como ídolo el consumo, la facilidad y el confort, y que como consecuencia anula la capacidad humana de esfuerzo, de creatividad, de búsqueda. |