No es que se niegue rotundamente su presencia, sino que con el comportamiento de cada cual se envía el mensaje de que ni �l ni su Palabra importan un pepino al común de los panameños.
Por un lado cada uno se califica como creyente, pero dicho enunciado no se traduce a la vida. Jesús habló de perdón, de fidelidad, lealtad, de entrega por los amigos, de caridad, de piedad, de verdad y trabajo honrado.
Muy pocos viven esos principios como los rectores de su vida. Se la pasan en otros lares, viviendo de la mentira, el adulterio, la hipocresía y el culto al dinero.
Cada año, los Viernes Santo, se ve a la muchedumbre detrás de la procesión del Santo Sepulcro. Y solo comen pescado. Y limitan sus actividades por la fecha. Pero �cuántos corazones están arrepentidos y cambian su manera libertina de vivir?
He aquí la clave de esta fecha de amor: cambiar para mejor. |