"El movimiento telúrico de 8.9 grados que sacudió a Japón, de haberse dado en otra nación hubiese sido catastrófico. Sólo hay que recordar los efectos que ocasionó el de Haití o el de L 'Aquila, los cuales fueron de siete y cinco y pico, respectivamente".
"Si un terremoto de la magnitud del de Japón hubiera tenido lugar en otro lugar del mundo, habría supuesto una destrucción total, no tendríamos ni imágenes", declararon geólogos.
La razón es que Japón se encuentra en una zona de especial actividad sísmica y los japoneses conviven con los temblores y "tsunamis", por lo que están muy preparados en todos los sentidos.