Egipto "no volverá a ser el mismo" tras la marcha del presidente Hosni Mubarak, aseguró ayer el presidente de EE.UU., Barack Obama, quien consideró que pese a todo esa renuncia "no significa el fin de la transición, sino el comienzo".
Lo que se ha visto en el proceso desarrollado a lo largo de las últimas dos semanas "a un paso cegador", explicó el presidente estadounidense, ha sido "el poder de la dignidad humana" y la "fuerza moral de la no violencia".