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Es innegable que hoy la violencia se da en todas partes, nos enfrentamos constantemente a una cultura de casos violentos en cualquier lugar que frecuentamos: En el trabajo, los centros educativos, el hogar y hasta las actividades que nos causan entretenimiento. La exposición diaria a esta situación ha provocado que muchas personas acepten la violencia como algo normal, hasta que les toca el turno de ser víctimas de esta realidad social.
Es el caso de Panamá un país pequeño que apenas llega a una población de 3 millones de habitantes y donde la violencia ha llegado a cifras alarmantes, sólo el año pasado 2002, se registraron 3,390 casos delictivos, ya que los asesinatos, los robos a mano armada, riñas y demás, sobrepasaron las estadísticas.
Creo que no son las autoridades centralizadas en los cuerpos de seguridad ciudadana los que tienen sólo la responsabilidad de mantener el orden, somos todos los ciudadanos, quienes de una u otra manera tenemos que poner nuestro grano de arena para ir fortaleciendo la sociedad que todos anhelamos, tomando como pilar de esta dura, pero no imposible misión, los valores morales que deben salir de los hogares con la enseñanza de los padres, quienes en estos tiempos tan difíciles en el mundo se encuentran desligados de las actividades de sus hijos por innumerables problemas que los agobian.
�Qué se puede hacer ante todo este panorama que enfrentamos diariamente en nuestro país? La ampliación del cuerpo policial, penas más severas, control de las armas, pena capital. Todas estas propuestas se han llevado a la práctica con mayor o menor éxito en otros países, a fin de reprimir el crimen y la violencia.
Pero la triste realidad es que la violencia sigue tomando cada vez más, parte de la vida cotidiana, ya que las disposiciones antes mencionadas sólo tratan los síntomas; por eso no es difícil comprender que no sólo se requiere medidas drásticas para frenar este problema de la sociedad, ya que es una situación que va más lejos de lo que pensamos.
No sólo estamos perdiendo nuestros valores sino la sensibilidad y la convivencia en sociedad; ya es hora de que aprendamos a respetarnos y comprendernos, porque sólo así viviremos en armonía y lograremos disminuir la violencia.
Y es que la violencia tocará a nuestras puertas siempre y cuando nosotros la dejemos actuar, ya que las situaciones se generan cuando nos exponemos a ellas por cualquiera de las causas que sean. |
