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Acuerdo en torno a Vieques presenta dificultades para Puerto Rico y el Pent�gono
Agencias
Internacionales
Un acuerdo sorpresivo entre Puerto Rico y Washington sent� las bases para la reanudaci�n de las pr�cticas de tiro que la Marina estadounidense considera vitales para la defensa nacional, pero ambas partes han perdido mucho. La Marina, inicialmente al menos, perdi� el entrenamiento con bala viva que dicen sus soldados necesitan. Puerto Rico sacrific� un inusual consenso pol�tico que hab�a suscitado la oposici�n puertorrique�a a la Marina y abandon� un compromiso centrado en la frase "no m�s bombas". El pacto podr�a crear problemas si las autoridades tienen que expulsar a los manifestantes pro independencia que se encuentran desde hace nueve meses en un campamento en Vieques, en el �rea de tiro de la Marina donde hay municiones sin estallar. La disputa surgi� cuando un guardia de seguridad civil muri� en abril de 1999 durante un accidente durante las pr�cticas de la marina. El bombardeo fue suspendido y Puerto Rico demand� su cese permanente. La Marina insisti� en que esta �rea de entrenamiento para la flota del Atl�ntico es indispensable. El acuerdo de ayer incluye un p: dejar que la Marina reanude el uso del �rea de pr�cticas bajo sus propios t�rminos, incluyendo el uso de bala viva, o requerir que la Marina cese todos sus entrenamientos para el 1 de mayo del a�o 2003. Muchos cree que los viequenses preferir�an desalojar a la Marina. Hasta entonces, la Marina puede reanudar sus ejercicios utilizando bala inerte. En San Juan, donde las autoridades removieron hoy una bandera con la inscripci�n "Vieques o Muerte" de lo alto de un andamio colocado en un lugar estrat�gico del Area Metropolitana, el gobernador Pedro Rossell� se reuni� con su Concilio de Seguridad en medio de intensas criticas de grupos religiosos por haber "vendido" a los 9.300 residentes de Vieques. El portavoz de la Marina Scott Bassett dijo que se espera que el grupo naval del portaviones George Washington llegar� a Vieques para pr�cticas en alg�n momento en marzo, lo que requerir�a que los manifestantes abandonen las �reas ocupadas. El servicio de alguaciles de los Estados Unidos dijo que no tiene a�n �rdenes para efectuar arrestos, pero el superintendente de la Polic�a de Puerto Rico, Pedro Toledo, sugiri� que esperaba tal acci�n. El secretario de justicia, Angel Rotger Sabat, dijo que la situaci�n es "un poco peligrosa". En Vieques, el portavoz de los activistas Roberto Rabin dijo que los manifestantes en la playa se dejar�n arrestar pac�ficamente, pero que el movimiento de Vieques tratar�a de "hacerle la vida imposible a la Marina". "La gente bloquear� los transportes de la Marina, entrar� a propiedad militar, en el �rea de tiro de la playa. La Marina tendr�a que estar arrestando gente constantemente", dijo Rabin. Desde el inicio, la disputa ha reflejado las divisiones que caracterizan los lazos de Estados Unidos con este estado libre asociado. Cuando anunci� el acuerdo ayer, Rossell�, que quiere convertir la isla en el estado 51 de los Estados Unidos, se refiri� constantemente a Puerto Rico como una colonia, sugiriendo que la Marina ser�a menos descuidada en los bombardeos de Vieques si Puerto Rico fuese un miembro de la uni�n. Sus rivales lo atacaron por retractarse del compromiso de que los bombardeos no deb�an reanudarse en Vieques. La alcaldesa de San Juan y candidata a la gobernaci�n por el Partido Popular Democr�tico dijo que una nueva administraci�n podr�a revertir la orden administrativa del presidente Bill Clinton que incluye el acuerdo. Mientras, el Partido Independentista Puertorrique�o, que ha estado al frente de las protestas, reiter� su compromiso de oponerse a los ejercicios militares. S�lo una peque�a minor�a de puertorrique�os, tres por ciento en una elecci�n reciente, apoy� la independencia, y el resto estuvo dividido casi por igual entre estadistas y estadolibristas. Bajo el Estado Libre Asociado, los 4 millones de residentes de Puerto Rico son ciudadanos norteamericanos que reciben 11.000 millones de d�lares en fondos federales anualmente sin pagar impuestos federales. Pero los puertorrique�os no votan por el presidente de los Estados Unidos ni los congresistas, que son los que toman las determinaciones finales sobre ellos y que pueden enviarlos a la guerra, ya que los puertorrique�os sirven en las fuerzas armadas de la naci�n. El accidente de Vieques sac� a relucir un gran sentimiento nacionalista en Puerto Rico que podr�a afectar la causa estadista.
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