El niño Ulises Rafael Sánchez Rivera, de dos años, murió ayer asfixiado al atragantarse con una canica. El hecho se produjo ayer en la comunidad de Boca de Tupué, al norte de Toabré, en el distrito de Penonomé.
Aparentemente, el menor jugaba con las bolas y se metió una en la boca, provocando así su deceso. Los padres encontraron a Ulises tirado en el piso a eso de las 12:30 p.m. y hubo que esperar hasta las 5:00 p.m. para el levantamiento del cadáver realizado por el funcionario de la Fiscalía Superior, Arnulfo Salazar.
El cadáver del niño fue llevado a la morgue del Hospital Aquilino Tejeira.