"Salvajes, malditos sean... Jamás pensé que lo harían". Así dijo Raquel Megina, una periodista española que acababa de llegar de Londres y pasar por la estación de trenes de la Atocha, en Madrid, cuando supo que algo horrible ocurrió. Un grupo terrorista desconocido puso bombas en trenes de pasajeros.
"Todos pensaron que la banda separatista vasca ETA estaba detrás de la masacre", nos confirmó Raquel, a quien conocimos en un viaje por el Asia hace años. "Nunca vi a mi bella Madrid tan triste", acotó.
Como vimos después, el atentado múltiple de Madrid, que dejó 191 muertos, fue tan trascendental que pudo derribar al gobierno conservador de José María Aznar, ante el fracaso de averiguar a ciencia cierta quién organizó la matanza, en unas horas cruciales antes de las elecciones presidenciales del 13 de marzo.
José Luis Rodríguez Zapatero, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ganó los comicios parlamentarios y la jefatura del gobierno ibérico, propinando un duro golpe a la coalición militar dirigida por Estados Unidos en Irak, puesto que España comandaba divisiones hispanoamericanas en Oriente Medio.
OTRA VEZ BIN LADEN
Semanas posteriores, la gendarmería española conoció de la conexión marroquí y de una célula integrista, "sucursal de Al Qaeda" para Europa, que lanzó el ataque de Madrid. Más tarde, parte de la unidad se suicida cerca de la capital española.
Tal como pasó el 11 de septiembre de 2001, el terrorismo internacional asestó nuevamente un sorpresivo y fulminante golpe a una potencia occidental, en pleno corazón del Viejo Mundo.
Osama bin Laden, durante todo el año 2004, envió a sus "secuaces" a dañar y explorar los puntos débiles de las naciones aliadas a Estados Unidos. España resultó el pilar más frágil y el cambio de marea política, de derecha a la izquierda, demostró que la ecuación diabólica del terrorista saudí dió dividendos.
Hasta el Rey Juan Carlos de España y toda la monarquía Borbón tuvo que admitir, bajo las lágrimas, que el año 2004 fue trágico, pero a la vez agridulce.
BODA REAL, PESE A TODO
A sólo dos meses de la masacre del 11-M, la realeza española no se atemorizó y decidió continuar con la proyectada boda real del hijo mayor del Rey Juan Carlos, Felipe de Borbón, heredero de la Corona española, con la periodista de TVE, Letizia Ortiz
Cual cuento de hadas, el 22 de mayo de 2004, Letizia Ortiz contrajo nupcias con el flamante príncipe y se convirtió en Princesa de Asturias.
La ceremonia congregó en la catedral de La Almudena a 1.400 invitados, que asistieron a un enlace deslucido por la lluvia, austero, sin lágrimas y con tono de tristeza.