Cuarenta alemanes se sumergieron el jueves en un lago helado de Berlín en su chapuzón anual del Día de Navidad por buena salud, sin importarles los trozos de hielo que flotaban a su alrededor ni la temperatura del agua, de apenas un grado Celsio.
Los hombres y mujeres, todos ellos desnudos, pasaron unos cinco minutos en el agua durante la tradicional inmersión en el lago Oranke de Berlín, que ellos consideran es buena para su salud y para reir.
La tradición se remonta a varios años atrás, aunque nadie sabe con certeza cuándo comenzó. Los nadadores, superados en número por la gente con cámaras atraída por el acontecimiento anual, cantaron villancicos para darse ánimos para la zambullida.
"Es realmente enfermizo levantarse tan temprano y meterse en aguas tan frías", dijo temblando Max Korinke. |