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Jesús Anel Barría por segunda ocasión sobrepasó la barrera de los 200 ganadores.  |
La campaña hípica está por finalizar en este 2003, un año con logros significativos a nivel internacional por parte de nuestros jinetes, que contrasta con el pobre nivel de competencia en las carreras locales.
En el año hípico que concluye con la reunión de hoy domingo, se pueden rescatar cosas positivas a nivel local. Por ejemplo el hecho de que Jesús Anel Barría por segunda ocasión sobrepasó la barrera de los 200 ganadores y que unió su nombre a viejas glorias del sillín como Víctor Tejada, Braulio Baeza, Manuel Ortega, Lafiff Pincay por mencionar algunos.
Otro hecho a resaltar es que no contamos con ejemplares importados al nivel de estelaristas de otras épocas, y los pocos que salen o que pintan bien en su etapa de potros son vendidos al mejor postor en los hipódromos del Norte.
Es entendible la posición de los dueños de caballos, ya que ellos quieren recuperar su inversión y en nuestro medio con las pobres bolsas que se pagan en los eventos Clásicos y que a veces se quedan meses sin cancelar, los motiva con mayor razón a vender a los buenos purasangres importados que hay.
Extrañamos las épocas de las rivalidades entre nacionales e importados. A principios de los noventa recuerdo los duelos de un Atlante y Rey David, de un Leonardo con El Catedrático, de caballos importados como Mister Pierce, la fabulosa yegua Run For Riva, (ex-Karem), By Pass, Espaviento, entre otros caballos que en una misma época protagonizaban inolvidables carreras.
Y que decir las épocas anteriores, nombres como El Mandamás, Tojo, Patilargo, Pan de los Pobres. El Manut, El Gran Capo, entre otros buenos caballos que incitaban al público apostador a llegar al recinto hípico.
Como regalo de Año Nuevo deseo que vengan días mejores para la hípica en el 2004. Días que de seguro llegarán si mejora la población de ejemplares importados en el hipódromo y si se llenan las expectativas de los dueños que invierten su dinero en esta actividad. |