Las revelaciones que hizo el fin de semana la página electrónica WikiLeaks sobre supuestas dudas del mandatario Ricardo Martinelli y del vicepresidente Juan Carlos Varela en torno a la transparencia con que se otorgó el multimillonario contrato de ampliación del Canal de Panamá y la calidad de esta obra, lo menos que causan es preocupación.
WikiLeaks cita información confidencial del Gobierno de Estados Unidos sobre "implacables" presiones diplomáticas de ese país para que una empresa norteamericana ganara el contrato de ampliación, de dudas de Martinelli sobre favoritismo de la Autoridad del Canal hacia el consorcio español Sacyr Vallehermoso, en el que figura la empresa CUSA del primo del administrador de la vía, y de una expresión de Varela de que los trabajos eran "un desastre".
Esta delicada información le está dando la vuelta al mundo y deja en entredicho el principal activo que tiene Panamá. La administración, mantenimiento y ampliación de la vía ha sido motivo de orgullo para los panameños, pero esta situación lanza mensajes peligrosos, precisamente cuando el país adelanta su obra más importante en casi 100 años.
La actitud pasiva y casi silenciosa del Gobierno y la Autoridad del Canal no es correcta. Ellos son los primeros que deben salir a defender la credibilidad de la vía, los panameños y los usuarios así lo demandamos. Sobre todo en lo referente a la calidad de los trabajos de ampliación y la solvencia económica de Sacyr Vallehermoso. No hacerlo sería jugar con candela.