Milcíades A. Ortiz Jr.
Es lógico que ningún pueblo quiera ser invadido por otro.
Aquí en Panamá esto no se dio en muchos de sus ciudadanos.
Aunque le duela a más de uno, miles de panameños llamaron a la Embajada norteamericana pidiendo una invasión que liberara al país del cruel tirano que tenía.
Es que se sabía que con los pañuelitos blancos y el toque de pailas no caería Noriega.
Cada día el militar que manchó el uniforme con actividades de narcotráfico y espía de la CIA, buscaba la manera de seguir en el poder.
El pueblo sabía de las toneladas de armas que el dictador comunista Fidel Castro había enviado a Panamá.
También era un secreto a voces la presencia de extranjeros guerrilleros en Panamá, para defender la dictadura.
Además el mismo Noriega estaba fuera de control. Eso de declararle "la guerra" a la potencia más grande del mundo, fue una locura... y una provocación.
Añada a esto que Panamá estaba casi en la ruina. Los bancos tenían sus fondos congelados. Los sueldos se pagaban tarde.
Había que cambiar los cheques a usureros que se quedaban con una parte de ellos.
La actividad comercial se veía paralizada. La gente vivía con miedo a un arresto, torturas o desaparición.
Muchos panameños tuvieron que irse al extranjero huyendo de la locura de los militares dictatoriales, que ahora Martín quiere darles otra vez poder en su gobierno.
Países como Canadá abrieron sus puertas a los que huían.
Benjamín Colamarco se la pasaba asustando al pueblo con sus paramilitares. Miles de empleados públicos y PRD (que ahora están en el gobierno de Martín), se jactaba de sus rifles.
La radio gobiernista transmitían mensajes para atemorizar a los civilistas, que deseaban vivir en Democracia.
Cuando llegó la invasión muchos panameños recibieron a los marines con los brazos abiertos. Eran sus salvadores....
Es lamentable que centenares de panameños murieran para defender al dictador Noriega. El en lugar de luchar salió huyendo a esconderse en la casa de doña Balbina y luego en la Curia.
También es lamentable que a diecinueve años de la invasión, vemos que han sido los que apoyaron a Noriega y al PRD, quienes hayan estado gobernando más este país.
Esto se debe sin lugar a dudas, a los intereses personales y políticos de los civilistas. La politiquería como un cáncer pudo más que veintiún años de cruel dictadura y los dividió.
Por lo visto los panameños no aprendimos la lección de lo negativo que es una dictadura militar y PRD...